El Real Betis multidisciplinar hace aguas por la base: el Balompié
La enésima frustración de anoche ante el Villarreal (0-1) y la sensación de que lo que queda de Liga se va a hacer muy largo son los síntomas de que el proyecto multidisciplinar del Real Betis hace aguas y se desangra por su base, por la tercera o primera derivada de un club de fútbol: el Balompié.Carlos del Barco
Los ambiciosos objetivos de la directiva bética de quedar el décimo en Liga y armonizar el fútbol profesional con el filial de Segunda B, el femenino, el Sala, el baloncesto y el piragüismo para configurar un club multideportivo se caen por su base cuando ésta, el primer equipo, deambula sin rumbo ni resultados.
En decimocuarta posición con 31 puntos, a nueve del descenso a falta de lo que ocurra hoy en el Sporting de Gijón-Málaga, los de Víctor Sánchez encadenaron ante el Villarreal su segunda derrota consecutiva tras la anterior ante el Espanyol sobre la bocina (2-1) e hicieron que la estoica afición bética estallara.
Dos de los pesos pesados del equipo, el danés Riza Durmisi y el canterano Dani Ceballos, coincidieron tras el partido en que la afición "no se merece esto", en referencia a un equipo sin alma, que toca y toca, sin la velocidad propia de Primera División y con excesivas lagunas defensivas que han costado muchos puntos.
Por ello, parte del 'Villamarín' dictó sentencia al gritar 'Víctor, vete ya", silbar cuando su imagen apareció en el videomarcador antes del partido y, en línea con una idiosincracia propia, no hacer más sangre de la debida y abandonar el campo antes del fin del partido en señal de protesta y hartazgo.
Hubo parte de la afición que se volvió hacia el palco y el presidente, Ángel Haro, quien tiene ante sí la doble papeleta de pilotar la crisis institucional, accionarial y judicial del Betis; y la no menos complicada de hacerlo con un equipo que no cumple con los objetivos y que, tras el cese del uruguayo Gustavo Poyet, no ha levantado cabeza con Víctor Sánchez del Amo.
Pese a que el director deportivo bético, Miguel Montes Torrecilla, quien reconoció el error de hablar de sensaciones por encima de resultados, ha confirmado a Víctor como el entrenador bético para la próxima temporada, los resultados son los que mandan en fútbol y éstos no parecen apuntar en tal dirección.
Torrecilla también ha sido señalado como responsable de la planificación por la escasa aportación de la mayoría de su doce fichajes, de los que ya han salido el belga Charly Musonda, el chileno Felipe Gutiérrez y el ucraniano Roman Zozulya; y de los que pocos han respondido, el que más el danés Riza Durmisi.
Además de los puntos, el problema bético reside en el poco juego desplegado a lo largo de la temporada, salvo alguna excepción como el empate ante el Barcelona; y la fragilidad táctica, defensiva y psicológica que demuestra en momentos claves que, como en Cornellá ante el Espanyol, le costó perder tres puntos en los minutos finales cuando ya se cantaba la victoria.
Tras la derrota de anoche, ya no se da por segura la salvación porque las sensaciones no son buenas y, por ello, la afición empieza a mirar de reojo a partidos como el que hoy disputarán en El Molinón el Sporting y el Málaga, que en caso de victoria local pondría a los gijoneses a seis puntos.
Por ello, la impresión es que la recta final de Liga puede hacerse muy cuesta arriba para los béticos, que tienen cinco partidos fuera ante Las Palmas, Celta, Bilbao, Leganés y Sporting -el que cierra la Liga- y tres en el Benito Villamarín ante el Éibar, Alavés y Atlético de Madrid.
