Odriozola: "No es racismo, sino defender la esencia de la competición"
José María Odriozola, catedrático de bioquímica y actual tesorero de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), justificó la normativa adoptaba por el Consejo Directivo para limitar los niveles de testosterona en atletas hiperandrogénicas y rechazó que haya el menor atisbo de "racismo" en las medidas adoptadas en marzo pasado."Desde que se publicó la decisión del Consejo de la IAAF, tomada por unanimidad en marzo pasado, de establecer una norma de obligado cumplimiento para las atletas que compiten en las pruebas de 400 a 1500 (milla) y que tengan la condición de ser hiperandrogénicas, se han hecho muchos comentarios públicos en todo el mundo", comentó Odriozola a EFE.
"En la mayoría de los casos", explicó, "sin molestarse en leer y entender los argumentos científicos publicados en revistas de prestigio internacional, en los que nos basamos los componentes del citado Consejo, del que formo parte, por elección, desde hace casi 20 años), para, tras largas discusiones, tomar la citada decisión".
"¿Por qué en esas pruebas y no en otras del atletismo?", se pregunta Odriozola. "Porque la gran mayoría de las 35 atletas de elite estudiadas en los últimos 10 años que tienen ese síndrome de producción elevadísima de testosterona de forma natural compiten en esas distancias".
El expresidente de la Federación Española asegura que "futuros estudios, que están en marcha, podrán determinar las ventajas que dicha condición pueda dar a atletas de otras especialidades. En 800, por ejemplo, para una atleta de 2 minutos, la +ventaja+ que le ofrece esa producción de testosterona, muy por encima de lo que es normal para la mayoría de las mujeres, está entre 6 y 7 segundos".
"Por eso se establecieron desde el histórico comienzo de las competiciones en atletismo, y en la mayoría de los demás deportes, pruebas separadas para la participación de hombres y mujeres", argumentó.
A partir de la pubertad -explica Odriozola-, "el desarrollo anatómico de chicos y chicas viene claramente diferenciado por la cantidad de testosterona, hormona androgénica y masculinizante por antonomasia, que unos y otros cuerpos segregan. Ello nos da a los hombres unas ventajas físicas notorias con respecto a la mayoría de las mujeres, que producen por termino medio cantidades de testosterona unas 15 veces inferior".
"Este no es el caso -advirtió- de las hiperandrogénicas, que por ello desarrollan cuerpos con apariencia y capacidad física más parecidos a los de los hombres y que por ello compiten con una ventaja considerable, frente a la mayoría de las mujeres con niveles de testosterona por debajo de 2 nanomoles por litro de sangre (por ello la norma se ha establecido en rebajar a 5 esos niveles)".
Odriozola salió al paso de los argumentos contrarios a la medida: "Hay quien dice que las características genéticas que uno hereda, tanto en hombres como en mujeres, son determinantes para su capacidad competitiva. Y es cierto, es lo que llamamos facultades innatas, que luego hay que desarrollar con el entrenamiento,para llegar a la elite. No basta con nacer rápido, luego hay que "hacerse" para llegar a ser realmente bueno. Pero en este caso,la ventaja que les da a las hiperandrogénicas la elevada producción de testosterona de sus cuerpos, es injusta para sus rivales, que luchan, casi, contra un imposible".
"Se vio la desolación de las finalistas del 800 olímpico de Río 2016, tras competir y ver que el podio lo copaban tres atletas con esa condición de hiperandrogénicas", recordó. "Para que las competiciones entre mujeres sean realmente objetivas, hay que evitar ese tipo de ventajas notorias, por muy naturales que sean, para que todas, de salida, estén en las mismas condiciones".
Odriozola aduce el caso de los positivos por testosterona. "Todo el mundo ha criticado y sigue haciéndolo a las atletas que se dopan con testosterona (hay casos abundantes en el pasado, en estas mismas especialidades) para conseguir medallas fraudulentamente. La condición de las hiperandrogénicas es natural, es cierto, pero no por ello deja de darles una gran ventaja sobre la mayoría que no lo son y que por ello compiten en pruebas exclusivas para mujeres".
"No se trata de atacar a nadie en particular ni, por supuesto, de racismo, como se ha llegado a decir, sino de defender la esencia misma de por qué las mujeres compiten entre sí y aparte de los hombres. Sus capacidades son diferentes desde la pubertad, y eso es un dato científico irrefutable", reiteró.
"Nuestra obligación, como garantes de la equidad de las competiciones", concluyó, "es establecer las normas que sean más adecuadas para el juego limpio".