Pablo García: "La recompensa por ser subcampeones mundiales es el trofeo"
El proel grancanario Pablo García Cranfield, de 18 años, quien junto al patrón Elías Aretz, de 20, se proclamó recientemente subcampeón del mundo de la clase 420 en Estados Unidos, ha asegurado a Efe que la recompensa fue el trofeo y la medalla, y de dinero, "cero patatero".
La tripulación isleña afrontó el Mundial en Newport con la idea de subir al podio, y ambos acabaron muy satisfechos.
"Ya llevábamos un tiempo en 420 y queríamos acabar con buen sabor de boca. Íbamos con la idea de ganar, pero las condiciones que había allí (poco viento) no eran las idóneas para nosotros. Además, los neozelandeses, que al final ganaron, hicieron un gran campeonato", ha reconocido.
Pablo García considera que la clave para conquistar el subcampeonato mundial estuvo en la tranquilidad que tuvieron durante todo el evento.
"Elías y yo fuimos pacientes porque siempre estuvimos entre los diez primeros clasificados, y no paramos de luchar y de pensar en mejorar en la siguiente regata, porque teníamos experiencia en esta clase y sabíamos que podíamos hacerlo. Terminamos muy contentos con nuestra actuación", ha recordado.
El regatista del Real Club Náutico de Gran Canaria, cuya madre es británica, comenzará ahora a estudiar en la Universidad de Southampton Solent la carrera de Ejercicio Físico y Terapia, equivalente a Educación Física, pero más orientada a la Rehabilitación y a la Terapia Deportiva.
"Este último año Elías y yo no hemos tenido mucho tiempo para entrenar juntos, porque él estudia Ingeniería Náutica y Transporte Marítimo en Barcelona. Antes de las competiciones, Elías venía a la isla y entrenábamos una semana. Nos ha ido muy bien, porque al conocernos tanto solo necesitábamos estar bien física y mentalmente para competir", ha dicho.
Los navegantes isleños, de hecho, mejoraron ostensiblemente en Estados Unidos el décimo puesto obtenido el año anterior en el Mundial de Australia.
"Mentalmente, mejoramos mucho de un año a otro, porque en Australia también teníamos nivel deportivo para estar en el podio. De igual forma, psicológicamente ya nos entendemos mejor y reaccionamos de mejor manera en diferentes situaciones", ha indicado.
García Cranfield no ha escatimado elogios para los entrenadores de esta tripulación, Aarón Sarmiento y Gustavo del Castillo.
"Aarón conoce muy bien esta clase, en la que fue cuarto en la Olimpiada de Pekín 2008, y he aprendido y he crecido bastante con él. Por su parte, Gustavo nos ha aportado mucha información de lo que ocurre en el agua y de las decisiones que él tomaría, y nos ha ayudado a tener la mente clara para saber hacia dónde ir", ha señalado.
Pablo y Elías separarán ahora sus caminos deportivos, aunque no el contacto, con la esperanza de volver a competir juntos en el futuro, algo que hoy por hoy es una incógnita.
"Tanto Elías como yo tenemos la idea de dar un paso adelante y navegar en una clase olímpica, aunque los Juegos de Tokio 2020 están muy próximos como para prepararnos para estar en los mismos", ha asegurado.
Los dos jóvenes regatistas disfrutan del éxito obtenido en aguas estadounidenses, aunque la recompensa por ocupar la segunda plaza del podio se limitase a recibir un trofeo y una medalla.
"En cuanto a dinero por nuestro subcampeonato mundial, cero patatero -se ríe-. Solo nos apoya una empresa de material náutico, que nos hace descuentos, y nuestro Club, que nos costeó la inscripción en Estados Unidos. Tocamos las puertas de muchas empresas, pero solo una nos respondió, lamentando que no pudiera ayudarnos", ha revelado.
