Presidente del Mónaco reaparece en Moscú tras ser imputado en el principado
El presidente del Mónaco, el multimillonario ruso Dmitri Rybolovlev, reapareció hoy en Moscú pocos días después de ser imputado en un caso de corrupción por la Justicia del Principado.
"Rybolovlev se encuentra ahora en Moscú. Fue puesto en libertad sin fianza y sin restricción de movimientos, sólo bajo control judicial. Por ello, no tiene prohibido abandonar Mónaco y tampoco está limitado en sus desplazamientos", informó hoy su portavoz Dmitri Chekin a la prensa local.
Al mismo tiempo, la fuente declinó comentar cuánto tiempo el oligarca permanecerá en la capital rusa y si tiene previsto regresar a Mónaco.
Rybolovlev, propietario del club de fútbol Mónaco desde diciembre de 2011, fue detenido el pasado 6 de noviembre por la policía monegasca y, tras testificar, puesto en libertad al día siguiente.
Además del multimillonario ruso fueron imputados la esposa y el hijo del exdirector de los Servicios Jurídicos de Mónaco, equivalente a ministro de Justicia del Principado, Philippe Narmino, además de la abogada de Rybolovlev, Tetiana Bersheda.
Los hechos investigados tienen que ver con el pleito que enfrenta desde 2015 a Rybolovlev con el marchante de arte suizo Yves Bouvier, a quien acusó de sobrevalorar obras de arte que adquirió por un total de 1.000 millones de euros.
Durante la investigación, la justicia descubrió que la abogada de Rybolovlev había grabado conversaciones con Bouvier y sus allegados, lo que valió al presidente del Mónaco una primera inculpación por no respeto de la vida privada.
Los abogados del multimillonario ruso consideraron que esas conversaciones telefónicas fueron obtenidas de forma irregular por la justicia, por lo que abrieron una denuncia que está siendo instruida.
Aunque las acusaciones no tienen nada que ver con sus actividades futbolísticas, éstas sospechas de corrupción que rodean al multimillonario ruso pueden acelerar la venta del club, al que optan un grupo estadounidense e inversores chinos, según "L'Équipe".
Según la prensa local, Rybolovlev decidió abandonar hace diez años Rusia debido a las presiones a las que le sometió el Kremlin, que quería que el magnate compartiera los beneficios de su emporio.
Entonces, Rybolovlev decidió vender sorprendentemente sus acciones en el consorcio de fertilizantes Uralkalia, la joya de la corona de su emporio, y adquirió el paquete de control en el Banco de Chipre, el mayor de la isla, donde residió durante un tiempo, antes de mudarse a Mónaco.