Victoria épica de Lutsenko en Fossombrone y Yates sigue de azul
El kazajo Aleksej Lutsenko (Astana) firmó una victoria épica este sábado al esprint ante el esloveno Primoz Roglic (Lotto-Visma) en la cuarta etapa de la Tirreno-Adriático, en la que el británico Adam Yates (Mitchelton-Scott) acabó tercero y mantuvo el maillot azul de líder de la general.
En la exigente cuarta etapa, de Foligno a Fossombrone y con un recorrido de 221 kilómetros, Lutsenko triunfó tras atacar a 35 kilómetros del final y tras caer dos veces, la última a un kilómetro y medio del final, y cruzó la línea de meta con pocos centímetros de ventaja sobre Roglic.
El kazajo hizo un esfuerzo descomunal para recuperar ritmo en el último kilómetro y entró como primer clasificado, con heridas en las piernas y lágrimas en los ojos, fruto de la alegría por la victoria y del dolor por sus contusiones.
La prueba se abrió en Foligno, con diez corredores que intentaron escaparse, aunque tras hacerse con un margen de diez minutos sobre el grupo en el primer tramo, mayoritariamente plano, sucumbieron en el segundo, cuando empezaron las subidas más exigentes.
Lutsenko tenía fuerza en las piernas y atacó a 35 kilómetros del final y llegó con 50 segundos de ventaja sobre el grupo a la primera de las dos subidas al Monte de los Cappuccini, un tramo de extrema dificultad.
Los corredores se enfrentaron a un ascenso de dos kilómetros con un promedio de pendientes del 12 % y tramos del 19 %. Lutsenko se sentía con fuerzas, mientras que, atrás, el grupo permaneció compacto.
Lutsenko cruzó la cumbre por primera vez con 55 segundos de ventaja, lo que le entregaría virtualmente el maillot azul de líder de la general, aunque todavía faltaban 13 kilómetros, nuevas escaladas y nuevos imprevistos.
Uno de ellos llegó en la bajada siguiente, cuando se resbaló antes de una curva e impactó en una pared de tierra. Afortunadamente, logró contener el golpe sin hacerse daño, frenó y no perdió el control de la bicicleta. Se levantó y volvió a bajar, sin perder más de cinco segundos con respecto a sus perseguidores.
El kazajo volvió a apretar y recuperó su margen de 55 segundos cuando enfrentó la última subida al Monte de los Cappuccini.
A falta de 7 kilómetros para el final y en plena subida, Roglic, el danés Jakob Fuglsang y Adam Yates se separaron del grupo. Presionaron a Lutsenko y se le colocaron a 13 segundos de distancia cuando empezó la última bajada antes de la línea de meta.
El corredor kazajo del equipo Astana no falló en la curva en la que cayó en su primera vuelta y llegó a los últimos 2 kilómetros con 13 segundos de ventaja sobre los tres perseguidores.
Pero, a 1.500 metros de la meta, en otra curva, Lutsenko volvió a resbalarse y perdió todo el margen que tenía sobre Roglic, Fuglsang y Yates.
Roglic le superó y las opciones del kazajo parecían acabarse, pero una demostración de compromiso, entrega y poderío le permitieron remontar e imponerse al esloveno para lograr un triunfo memorable.
Acabó en 5 horas, 16 minutos y 29 segundos y rompió a llorar tras bajar, completamente agotado, de su bicicleta.
Yates terminó tercero y se confirmó como líder de la general. Mantuvo los 7 segundos de ventaja sobre Roglic e incrementó el margen sobre el holandés Tom Dumoulin, tercero y separado por 50 segundos.
La quinta etapa se disputará este domingo, de Colli al Metauro a Recanati, de 180 kilómetros, con final en alto y subidas con pendientes que tienen el 20 % de desnivel.