Richard Carapaz, el ecuatoriano que persigue sueños
El ecuatoriano Richard Carapaz (Tulcán, El Carmelo. Ecuador; 1993) logró en Frascati su segunda etapa en el Giro de Italia, la primera para Movistar, confirmando una vez más el consejo que siempre recibió de sus padres: "Cuando se tiene un sueño hay que buscarlo".
Desde su debut esta temporada en la Vuelta a San Juan, en Argentina, Carapaz tenía claro que esta temporada iba a seguir soñando con el maillot del Movistar, con menos responsabilidad al compartir liderazgo con figuras como Alejandro Valverde y Mikel Landa.
Carapaz es toda una estrella en Ecuador, un deportista de referencia. "Lo que he podido lograr ha sido impresionante. Cuando empezaba pasaba desapercibido por el fútbol, pero ahora he logrado algo muy grande y la gente me sigue, se vuelca y me ve los progresos. Cuando volví después del Giro 2018 era una locura", recuerda.
Sus éxitos han contribuido a que el ciclismo empiece a ser un deporte popular en Ecuador. "En 2015 no veías un cicloturista en Ecuador para nada. Ahora se empieza a interesar la gente y ves grupos montando por las carreteras", confiesa Carapaz, cuya fama masiva empezó tras su triunfo de 2018 en Montevergine.
"Nadie había logrado algo tan grande. Había periodistas poco preparados para comentar esto y lo hacían como un equipo de fútbol. Para mi es un gusto poder tener a tanta gente que te sigue. No tengo presión porque no debo nada a nadie. Lo que tengo lo he conseguido yo. Me encanta, me gusta y me apasiona el ciclismo".
Durante buena parte del año, Richard Carapaz vive en Pamplona. "Me gusta mucho. Es una ciudad tranquila. No tengo coche y en cinco minutos estoy en el centro con transporte público", confiesa el ecuatoriano, que también vivió en Colombia cuando empezó a apostar por perseguir su sueño.
"En mi país no hay ciclismo y si quieres salir tienes que ir como primera opción a Colombia", dice Carapaz, que ganó la Vuelta de la Juventud con en 2015 y empezó a despuntar. Antes, estuvo viviendo "un poco de tiempo en Bogotá para competir en un equipo de cadetes.
Allí estuvo dos años, corrió una Vuelta al Porvenir, le renovaron por hacer una buena general y cuando iba a pasar al amateur volvió a su país con el equipo sub23".
Sin embargo, sus recuerdos y afición por el ciclismo vienen de antes. "Al vivir en la frontera, en Tulcán -a cuatro horas de Quito-, a 3000 metros, siempre escuchaba por la radio la Vuelta a Colombia. Luego tuve la casualidad de que mi primer mentor, Juan Carlos Rosero, que corría en Colombia, era del pueblo y montó una escuela".
"Con el tiempo me tuve que ir y fue difícil salir de casa. Mis padres me apoyaron mucho porque me dijeron que los sueños hay que buscarlos y que en Ecuador no había gran futuro. Me encontré con buenas personas en Colombia y me acogieron bien, pero sin embargo poderme comunicar con la familia era difícil porque tenía pocos recursos para un celular".
Cuando empezó a lograr buenos resultados, volvía a casa más a menudo".
"Ha sido duro, he comido mucha mierda, pero ahora tú le ves la cara a mi madre y está orgullosa. Me dieron un consejo que he seguido. Me dijeron, si tienes que ir a Colombia no tengas miedo. Los sueños no van a ir a por ti, hay que ir a buscarlos. Por eso pienso que si se presenta la oportunidad hay que aprovecharla", dice.
La constancia, el trabajo y los buenos resultados le llevaron en 2016 a España, al Lizarte, filial del Movistar. "Cuando me llamó Eusebio Unzué no me lo creía porque en Colombia hay una radio en la que te llaman y te hacen bromas".
Aparte del Giro, hay otro sueño muy especial para Carapaz. "Sueño con hacer un Tour, pero no hacerlo solo por ir, sino hacer una buena general. No quiero ir a presentarme y ya. Si no, es mejor esperar. Sé que se necesita un poco más de preparación, pero quiero estar con el mismo ideal de pelear por lo máximo".
De momento, Rochard Carapaz ya tiene su segundo triunfo en el Giro de Italia, y esta temporada se ha adjudicado la Vuelta a Asturias. Seguir el consejo de su padre, le trae cuenta. Los sueños se buscan, y a veces se encuentran. EFE.