Barty y Vondrousova se jugarán el título de Roland Garros
La australiana Ashley Barty, octava favorita, y la checa Marketa Vondrousova, 38 del mundo a sus 19 años, jugaran su primera final de un Grand Slam en Roland Garros, tras haber derrotado, respectivamente, a la británica Johanna Konta y a la estadounidense Amanda Anisimova.
Barty saldrá como favorita por ránking y se asegura la semana próxima ser 3 del mundo -dos si gana el torneo-, pero la checa se ha convertido en la sensación de esta edición al alcanzar su primera final sin haber cedido un set.
A sus 19 años y 11 meses, es la finalista más joven en un Grand Slam desde la danesa Caroline Wozniacki en el Abierto de Estados Unidos de 2009.
La checa se plantó en París como la tenista que más victorias había conseguido en el circuito desde el pasado Abierto de Australia, una sensación que ha confirmado que se trata de una estrella naciente.
Además, demostró personalidad a lo largo del torneo y descaro para su edad.
Contra Konta, una jugadora más experimentada y de mejor ránking, no se vino abajo cuando la británica dispuso en el primer set de servicio para anotarse la manga, que hubiera sido la primera que la checa perdía en el partido.
En ese momento, encadenó cuatro juegos consecutivos para alzarse con el set.
El mismo escenario se reprodujo en la segunda manga, con servicio para ganar el parcial de Konta, pero una vez más se rehizo la checa para abocar el set al juego de desempate, en el que fue muy superior para anotarse el partido.
El buen hacer de Barty impidió que la final se disputara entre adolescentes. La australiana se convirtió en la primera de su nacionalidad en alcanzar la final de París desde 2010.
Fue un duelo pleno de altibajos. Barty ganaba 5-0 tras doce minutos y llegó a tener, con 5-1, dos bolas de set, pero en ese momento los raquetazos de Anisimova, de 17 años, cambiaron el panorama. La joven estadounidense se anotó seis juegos consecutivos, el de desempate del set y los tres primeros de la segunda manga.
Contra las cuerdas, la australiana reaccionó, ganó seis juegos consecutivos para empatar el duelo a un set; el primero que perdía la joven estadounidense de origen ruso, que en la ronda precedente dejó fuera de la carrera a la rumana Simona Halep, defensora del título.
En el tercero la australiana mostró más serenidad y acabó imponiéndose, aunque precisó de hasta seis bolas de partido ante una valiente estadounidense, que abandonó con lágrimas en los ojos la pista Suzanne Lenglen, la segunda más grande del complejo.
Quizá se le pasen cuando el próximo lunes se dé cuenta de que será 30 del mundo a su corta edad.