El capitalismo de Estado chino, contra los Rockets por su apoyo a Hong Kong
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La mera expresión de una opinión personal a través de una red social ha puesto en movimiento toda la maquinaria estatal china en contra del equipo de la NBA de los Rockets de Houston. ¿El motivo? El apoyo de su gerente, Daryl Morey, a las manifestaciones de Hong Kong.
Una vez más, Pekín ha utilizado su gigantesco mercado y sus contratos millonarios para tratar de poner en aprietos a cualquiera que manifieste una opinión que se salga de la estricta línea marcada por el Partido Comunista de China, en el poder desde hace 70 años.
El pasado viernes, Morey publicó en su cuenta personal de la red social Twitter un mensaje (ya borrado) en el que se leía: "Lucha por la libertad. Apoya a Hong Kong", en referencia a las manifestaciones prodemocráticas que desde hace cuatro meses se suceden en la ciudad semiautónoma y de las que solo la violencia de algunos manifestantes radicales llega a la censurada prensa china.
Las reacciones no se hicieron esperar, en primer lugar desde el propio Twitter -vetado en China, pero que el país asiático utiliza con fines propagandísticos de cara al exterior-: en cuestión de horas, miles de mensajes se dirigieron a la cuenta de Morey con las letras "NMSL", abreviatura en chino de "tu madre ha muerto".
Según la cuenta de análisis @AirMovingDevice (que recientemente destapó cómo muchas de las cuentas desactivadas por Twitter por su campaña beligerante en contra de las manifestaciones de Hong Kong eran 'bots' creados en China), la mayoría de los autores de los mensajes contra Morey eran cuentas que seguían el mismo patrón: de reciente creación y con pocos seguidores.
I analyzed recent tweets with "NMSL" (abbrev. for Chinese "Your mom died"), targeted mostly at @dmorey over his HK tweet.
Here "target" = reply 2 another person's tweet w NMSL
Most accounts (total ~5800) tweeting NMSL were created recently, w very few followers and engagements. pic.twitter.com/5XyyCp9ZOe
— Air-Moving Device (@AirMovingDevice) October 7, 2019
Además de la campaña de intimidación contra el individuo, se puso en marcha otra centrada en boicotear los ingresos del equipo en China: la televisión estatal CCTV y Tencent, un importante socio de ESPN y la NBA en China con un acuerdo de retransmisión de 1.500 millones de dólares (unos 1.366 millones de euros) en los próximos 5 años, anunciaron que no transmitirían partidos de los Rockets.
Y este martes CCTV anunció que no retransmitirá ninguno de los partidos de los equipos de la NBA que esta semana están en China realizando la pretemporada.
Por su parte, los gigantes de comercio electrónico chino JD y TaoBao retiraron los productos de los Houston Rockets de sus tiendas virtuales y cualquier búsqueda del nombre del equipo en sus plataformas digitales arroja siempre el mismo resultado: "No hemos encontrado ningún producto relacionado".
Tampoco tardó en dar un paso al frente Yao Ming, leyenda del baloncesto chino, emblemático exjugador de los Rockets y actual presidente de la federación china de ese deporte, quien anunció que suspendería la cooperación con el equipo.
Yao dijo públicamente que Morey había hecho "comentarios inapropiados con respecto a Hong Kong" a los que expresó su "fuerte oposición".
Las presiones surtieron efecto y las disculpas por parte de los Rockets y de la NBA comenzaron a llegar. Hasta del propio James Harden, la estrella del conjunto de Houston, que dijo que "aman China".
La contrarréplica más sonada se la dio el activista y artista plástico Badiucao, con un dibujo en el que caracterizaba a Harden como la polémica jefa del Gobierno hongkonés, Carrie Lam, y el mensaje: "¡Tú y la NBA no amáis para nada a China! Lo que amáis es el dinero de China. Tu desafortunada disculpa mata la esperanza de una Hong Kong y una China libres y democráticas".
Houston Rockets artwork on an indoor basketball court in Shanghai being painted over. We live in sad times. pic.twitter.com/RR6owruj3N
— Cameron Wilson 韦侃仑 (@CameronWEF) October 8, 2019
Los Houston Rockets son sólo una de las últimas víctimas
No es la primera vez (ni, previsiblemente, la última), que el Estado chino utiliza su mercado para chantajear y acallar opiniones disidentes. Aunque ni siquiera hace falta que sean contrarias, sino que alguien las perciba como tales, como le sucedió en noviembre de 2018 a la marca italiana de moda Dolce&Gabbana, objeto de linchamiento digital por parte de internautas chinos.
Un anuncio en el que se veía a una mujer china comiendo pizza y pasta con palillos fue tachado de racista y se inició un boicot contra la empresa que la llevó a la cancelación de un desfile en Shanghái.
Tribute to China.#DGTheGreatShow pic.twitter.com/pC9SYbuC1v
— Dolce & Gabbana (@dolcegabbana) November 20, 2018
Cuando Meng Wanzhou, directora financiera del gigante chino de las telecomunicaciones Huawei, fue arrestada en Canadá el pasado año, la exclusiva marca de abrigos Canada Goose fue objeto de boicot.
Misma suerte que corrió momentáneamente Apple, con infinidad de clientes chinos, algunos de los cuales manifestaron su intención de cambiar su aparato por uno de Huawei en un arrebato nacionalista en el fragor de la guerra comercial entre Washington y Pekín.
Aunque Pekín predica la filosofía del libre mercado, en realidad el acceso al ingente mercado chino es complicado para las empresas extranjeras y, una vez en él, han de competir en desigualdad de condiciones con compañías estatales y privadas que reciben cuantiosos subsidios.
Este es, precisamente, uno de los puntos más complejos a tratar por los equipos negociadores estadounidense y chino en la actual guerra comercial que mantienen ambos países.