Escribá 'se carga' a Edgar Badía: la historia y los motivos del cambio de portero en el Elche

El portero argentino Paulo Gazzaniga se ha convertido en el inesperado protagonista del Elche CF para el tramo final de LaLiga Santander tras enlazar tres titularidades consecutivas, la última con la portería a cero, tras desbancar a Edgar Badía, que había tenido un rendimiento notable en la competición.

Badía, uno de los ídolos de la afición del Elche, era el portero que más intervenciones había realizado en la competición y, posiblemente, el futbolista más valorado del equipo ilicitano por la crítica y los rivales.

Sin embargo, tras la derrota ante el Huesca, el portero catalán perdió la titularidad ante el argentino, que llegó al club en el último día del mercado de invierno procedente del Tottenham Hotspur inglés, donde apenas había tenido protagonismo en los dos últimos años.

Gazzaniga arrebata la titularidad a Edgar Badía

Gazzaniga era la apuesta del cuerpo técnico y del propietario del club, el también argentino Christian Bragarnik, tras la marcha en enero de Diego ‘Ruso’ Rodríguez, quien decidió salir ante la falta de oportunidades.

El nuevo portero era una opción, según se deslizaba desde la entidad, para jugar casi de inmediato, pero el nivel que demostraba Badía, pese a los malos resultados, no aconsejaba el relevo.

En este contexto y tras esperar pacientemente su oportunidad, irrumpió en el escaparate en la semana más complicada del curso: con el equipo en depresión tras regresar al descenso y en una semana con tres partidos.

En el primero recibió dos goles ante Osasuna (2-0), en un encuentro en el que poco pudo hacer para evitar la derrota. Tres días después dejó dos grandes paradas ante Kodro y Michel frente al Valladolid (1-1) y, por último, cumplió con creces ante el Levante cuando fue exigido por Morales y Dani Gómez (1-0).

Las explicaciones de Fran Escribá

El entrenador del equipo, Fran Escribá, no ha dado excesivos detalles sobre los motivos del cambio. Argumentó que la decisión fue fruto de la “gestión de grupo” que realiza del vestuario, pensando siempre en sacar el mejor equipo posible en cada partido.

El valenciano descartó que el relevo en la portería se debiera a un castigo por los goles encajados en Huesca, donde admitió públicamente que hubo errores. “Que nadie piense que hubo una rotación por un fallo. Nunca castigaría así a ningún futbolista”, dijo el entrenador en la previa del partido ante el Valladolid.

Sobre Gazzaniga, el entrenador del equipo, Fran Escribá, señaló que es “un gran portero, con una gran carrera internacional”. El entrenador no ha dado explicaciones técnicas, aunque ha deslizado que el argentino, gracias a sus 195 centímetros, es poderoso para neutralizar el juego aéreo de rivales que plantean un fútbol directo.

Otra virtud de Gazzaniga es el saque de puerta y su golpeo de balón, lo que le permite traspasar las líneas de presión del rival y llevar la pelota hacia los dominios de su compatriota Lucas Boyé, el referente ofensivo del equipo.

La experiencia de Gazzaniga

El portero de Murphy, de 29 años, ya contaba con experiencia en la Liga española desde su etapa en el Rayo Vallecano, donde llegó en 2016. Sus buenas actuaciones en España le valieron para fichar por el Tottenham, club en el que ha militado cuatro temporadas, en las que ha vivido a la sombra del campeón mundial Hugo Lloris.

Allí, tuvo protagonismo hace dos años, cuando disputó dieciocho partidos por la lesión del portero francés. Sus actuaciones le abrieron la puerta de la selección de Argentina, con la que debutó en 2018 en un amistoso ante México.

Desde su llegada a Elche, no se ha prodigado en declaraciones a los medios. Sus únicas manifestaciones se limitan a la rueda de prensa de presentación, cuando indicó que no se sentía intimidado por la competencia con Badía, por entonces ya uno de los mejores porteros del campeonato.

Gazzaniga se mostró convencido de que la competencia entre los dos ayudaría al Elche. De momento, el relevo en la portería no ha sido lo traumático que se podía intuir. Primero porque a Escribá, otro ídolo de la hinchada, se le acepta todo y, especialmente, porque tras verlo en acción al argentino nadie puede discutir su calidad por mucho que se idolatre a Edgar Badía.