El aumento de precio de este Fiat en tan sólo cuatro años: de 6.000 a 10.000 euros
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Como ya te hemos contado en ElDesmarque, los precios de los coches nuevos se han disparado en gran medida en los últimos meses. Un hecho que incluso repercute en los modelos de segunda mano. Y es que los precios de los vehículos de ocasión también se están elevando. El que un coche nuevo sea tan caro como en la actualidad, está dando pie a que muchos vendedores ofrezcan modelos antiguos a precios más elevados sin que ello suponga problemas para venderlos.
Y ojo, porque no hace tanto que podríamos comprar coches a precios que ahora nos parecerían una ganga. Por ejemplo, el Fiat Panda de acceso en 2018 costaba 5.990 euros para una versión 1.2 de 69 CV, mientras que ahora ronda los 10.000 €. Y no solo eso. Un Dacia Sandero costaba 5.990 euros, y ahora arranca en los 11.790 €. Lo mismo que el Ford Ka+, que costaba alrededor de los 7.000 €, o el Kia Picanto, accesible desde los 8.000 €. Ahora el modelo surcoreano arranca en los 10.700 €.
Motivos que explican la inflación de precios en los coches nuevos
Unas subidas que se deben a varios factores. Uno de ellos es la crisis de los semiconductores, que ha elevado el precio de los componentes para los fabricantes. Pero no todo se resume a ello.
Cabe destacar también la subida del impuesto de circulación, así como las cada vez más exigentes normativas anticontaminación que obligan a las marcas a implantar sistemas que rebajen las emisiones como la electrificación.
A ello hay que sumar las nuevas tecnologías, presentes en cada vez más modelos. Tanto las que tienen que ver con la digitalización con los sistemas de seguridad. Y por si todo ello no fuera poco, en los últimos meses se ha sumado la inflación producida por la invasión de Rusia a Ucrania.
Y no nos hagamos ilusiones. Porque aunque la situación en Europa del este se estabilice, la crisis de los semiconductores se acabe o que las tecnologías se abaraten, es muy difícil que esta situación vuelva atrás. Nos estamos acostumbrando peligrosamente a estos precios y, como con la gasolina o en los alimentos, aunque en alguna ocasión parezca que los precios bajen, nunca lo harán en proporción a la subida sufrida en los últimos tiempos.