El modelo de Seat que, o se reinventa, o tiene un futuro muy negro por delante

El mercado del motor atraviesa un momento clave en su historia. El cambio de paradigma hacia la movilidad eléctrica, aunque a pasos de tortuga en algunos países, ya está en marcha. Las normativas anticontaminación aceleran el proceso.

Un mercado que vivirá un momento crucial en 2026. Ese año entrará en vigor la normativa Euro 7, que será especialmente dura con los modelos de combustión interna. Hará que los modelos de gasolina o diésel sean mucho más caros.

Los utilitarios de combustión interna están condenados

De ahí que muchas marcas hayan decidido tener una gama completa de modelos eléctricos a partir de 2026 y que sus nuevos modelos a partir de entonces solo funcionen con pilas. Y también que ya se hayan confirmado despedidas como la del Ford Fiesta o la transformación del Golf a modelo eléctrico en su novena generación.  O que fabricantes como Peugeot u Opel ya tengan sus relevos eléctricos en algunas gamas como la del 208 o el Corsa.

Una situación a la que también se enfrenta el mítico Seat Ibiza, uno de los pocos utilitarios a precio razonable pero muy solventes y de calidad que quedan en el mercado. La firma todavía no tiene un rumbo claro en este capítulo. Las decisiones se toman en el Grupo Volkswagen. Y de momento están adjudicando los proyectos de coches eléctricos a Cupra.

Incertidumbre con el Seat Ibiza

No obstante, poca vida le queda al Ibiza si no se reinventa a corto-medio plazo. Le quedarán  pocas alternativas al margen de convertirse en un 100% eléctrico antes de 2026 si quiere sobrevivir, pues la versión convencional será demasiado cara para el público al que quiere conquistar. Y sí es cierto que un Ibiza eléctrico también sería caro, pero será una opción de futuro. Y si se transforma en eléctrico, ¿se llamará Ibiza o se optará por otra nomenclatura? No tardaremos mucho en saberlo.