El Seat Arona es un muy buen coche, pero hay un SUV que lo supera en ventas y en calidad

El Seat Arona vende y mucho, pero hay otros SUV que le superan. Uno de ellos es japonés y se llama Toyota C-HR, que cuesta casi el doble.

Seat Arona y Toyota C-HR: 11.000 euros de diferencia

En el top 100 de ventas de enero, el Seat Arona es tercero y el Toyota C-HR, primero. El B-SUV español vendió, en concreto, 1.795 unidades durante el primer mes de este año y el japonés, 1.803, pero esas ocho unidades no son lo único que separa a estos dos modelos que, nominalmente, están en el mismo segmento, el los SUV pequeños. Entre ambos, hay también una diferencia de precio casi abismal: 11.000 euros, lo que daría, casi, para comprarse un Dacia Sandero.

Un B-SUV pequeño

En el segmento B-SUV hay coches, como el Peugeot 2008, que merecerían perfectamente saltar de segmento pero otros, caso del Arona, son casi utilitarios por su aspecto. Y ése, precisamente, es su mayor problema: no deja de ser un Ibiza sobreelevado con algo más de espacio interior y maletero. Mide 4,13 metros, lo que supone casi 20 menos que un 2008, y alcanza una altura de 1,53, algo que sí es propio de un todocamino. El maletero es, eso sí, ciertamente generoso y alcanza los 400 litros. Ese hecho, unido a su precio, decide a muchos por este modelo. Este mes, Seat ofrece la versión de acceso a partir de 17.600 euros.

Opciones de motorización

Las opciones de motorización del Seat Arona son diversas: la versión de acceso ofrece 95 CV y un motor de gasolina 1.0 TSI. Por encima en precio, tenemos un Bifuel de 90 CV y, después, saltamos ya a la versión 110 CV de gasolina, que sólo consume 4 litros cada 100 km. La versión top de gama equipa un 1.5 TSI de 150 CV y su precio, incluyendo el descuento de 4.500 euros que recoge para este mes el portal de ofertas quecochemecompro.com, pasa de los 25.000 euros.

Poco que ver con el C-HR

Si el C-HR convence por su estética cercana a los muscle car americanos, el Arona peca justo de lo contrario: no ofrece visualmente nada que no ofrezca el Seat Ibiza y la mayor altura libre hasta el suelo con la que se presenta para poder ser calificado como SUV no le sienta estéticamente nada bien. El Arona, en sí, es un coche práctico que gana por espacio interior, precio, maletero y consumos pero no va a hacer que las miradas te sigan cuando circules al volante de uno. El equipamiento es correcto, pero Seat podría cuidar mejor la calidad de los plásticos del habitáculo.