Este es el motivo por el que debes vigilar siempre el AdBlue de tu coche diésel
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Los motores diésel están perdiendo terreno debido a su alta contaminación y a la creciente popularidad de los motores híbridos y eléctricos. Sin embargo, para los conductores que aún poseen un diésel relativamente moderno, es importante estar atentos al depósito de AdBlue, un líquido que ayuda a reducir las emisiones de estos motores y que es necesario para su correcto funcionamiento.
El AdBlue es un líquido incoloro e inodoro compuesto por una solución de urea y agua destilada que se inyecta en el sistema de escape del vehículo, donde reacciona con los gases de escape para convertir los óxidos de nitrógeno en nitrógeno y agua, reduciendo así las emisiones contaminantes.
Es importante que los conductores revisen el nivel de AdBlue en cada revisión de su vehículo, ya que un nivel bajo puede provocar problemas en el sistema de escape y reducir el rendimiento del motor. Además, el AdBlue puede solidificarse con el tiempo, por lo que es esencial asegurarse de que el sistema esté en buen estado y de que se reemplace el líquido según lo recomendado por el fabricante.
No estar atento al estado del AdBlue puede costarte entre 1.000 y 2.000 euros
Una avería en el sistema de AdBlue puede ser costosa de reparar, con un precio que puede oscilar entre los 1.000 y los 2.000 euros según el modelo del vehículo. Por ello, es importante prestar atención a este componente para evitar sorpresas desagradables.
Aunque el uso del AdBlue puede parecer una carga adicional para los conductores de diésel, es importante recordar que este líquido ayuda a reducir las emisiones contaminantes y, por lo tanto, contribuye a proteger el medio ambiente. Además, cada vez hay más estaciones de servicio que ofrecen este líquido, lo que facilita su acceso y uso.
Por otro lado, los fabricantes de automóviles están desarrollando nuevas tecnologías que ayudan a reducir las emisiones de los motores diésel, lo que podría prolongar su vida útil y mejorar su reputación. Sin embargo, es probable que los motores diésel sigan perdiendo terreno frente a los motores eléctricos y los híbridos en los próximos años, a medida que aumente la conciencia ambiental y se impongan restricciones más estrictas a los vehículos contaminantes.