Nadal y Roland Garros, ¿qué puede salir mal?
El tenista manacorí apunta a su decimocuarta victoria en París, que además en esta ocasión tiene premio extra.
Rafa Nadal ya compite en Roland Garros 2021. Su casa: así la define el tenista de Manacor. Normal. En sus anteriores 16 participaciones, ganó 13 títulos y sólo en tres ocasiones (2009, 2015 y 2016) no accedió a la final. Siempre que lo hizo, se llevó el torneo.
Un dominio aplastante durante 15 años que siempre lo ha convertido en favorito en Betfair a ganar en París. Incluso en sus inicios. Ahora (obvio), también lo es. Su triunfo está a una cuota de [1.83]. El dato resulta llamativo porque es mejor incluso que el que tuvo Nadal para iniciar Roland Garros en 2020. En aquella edición su cuota era de 2.1, quizá impulsada por lo anómalo del escenario.
Aquel campeonato se jugó en otoño y sin apenas preparación previa. Y aún así, Nadal arrasó. Ahora los pronósticos de Betfair lo colocan más candidato si cabe. Y eso que su cuadro es terrible. Por él transitarán por primera vez en la historia los tres integrantes del 'Big Three'. A saber: Novak Djokovic, Roger Federer y él, Nadal. Por primera vez en el último lustro, Djokovic no parte como segundo favorito a llevarse el torneo, sino que lo hace Tsitsipas.
Las alternativas
El griego transita por el otro lado del cuadro y sin Thiem (eliminado por sorpresa por Pablo Andújar), emerge como el gran favorito a llegar a la final. De hecho, la final con más probabilidades es la de Nadal - Tsitsipas (cuota [4.00]), seguida del Nadal - Zverev (cuota [7.00]). Que Tsitsipas venza el torneo cotiza a [4.50]. Lejos de Nadal... pero no imposible. En tercera posición aparece Djokovic, con una cuota de [5.50], aunque el serbio ya ha avisado de que se siente "muy bien" tras la final de Roma (cayó ante Rafa) y de ganar el torneo de su ciudad, de Belgrado.
Nadal podría superar a Federer en cuanto a número de Grand Slams. Ahora los dos están empatados a 20 y si se cumple el vaticinio de Roland Garros, conseguirá 21, dejando atrás al suizo y demostrando que París es, para Nadal, algo más que un torneo. Su casa.