Morata y Llorente envían al Atlético a cuartos con disimulo
El Atlético de Madrid no estaba pasando por su mejor momento. La derrota frente al Barcelona y el empate contra el Almería pusieron todas las dudas justo encima del equipo y del técnico, que necesitaban un soplo de aire fresco en forma de victoria. Debían ganar en la Copa del Rey ante el Levante, que les había conseguido poner las cosas muy complicadas en las cuatro anteriores ocasiones que se habían enfrentado. Por ello, el reto era algo más difícil de lo que parecía.
De hecho, el conjunto local salió muy fuerte desde el principio y con las ideas claras de que podían hacerle daño a los de Simeone. Con varios sustos previos, el Levante consiguió marcar el primer gol, pero el árbitro lo anuló por falta previa a Oblak en un salto. Una decisión que salvó al Atlético de Madrid de una situación bastante mala.
Al Atlético de Madrid le costó bastante entrar en el partido y empezar a generar peligro. El éxito y el respiro llegó en la segunda mitad, cuando Marcos Llorente le puso un balón a Morata dentro del área que el delantero no perdonó. Por suerte para los de Simeone, el Atlético de Madrid estaba por delante en el marcador, aunque el Levante no se iba a dar por vencido.
Hubo bastante igualdad sobre el terreno de juego en la segunda mitad, donde el Levante tuvo ligeramente más balón. Pero el Atlético de Madrid no estaba dispuesto a que el pase a los cuartos de final se les fuera de las manos y sentenció en el minuto 91. Un pase de Nahuel Molina dejó solo a Marcos Llorente, que la colocó a la izquierda del portero para poner el 0-2 definitivo con el que el Atlético cerró su pase. Ahora le toca hacer lo mismo con el Real Valladolid en liga para seguir en los puestos de Champions League.
