Ídolo de barrio

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Lucas Pérez analiza el derbi gallego
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El Deportivo pide el apoyo de su afición
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El Celta, imparable como visitante
El Dépor se agarra al estado de forma de Lucas Pérez como talismán para doblegar a un Celta de Vigo que parece haberle tomado la medida al conjunto coruñés.
Los precedentes no son ni mucho menos favorables para el deportivismo (una victoria en los últimos siete partidos de Liga) y la tabla clasificatoria actual refleja a la perfección las sensaciones transmitidas por ambos conjuntos en el primer tercio de competición: los de Berizzo no saben lo que es morder el polvo lejos de Balaídos, tan solo han caído derrotados en dos ocasiones (Valencia y Real Madrid); mientras Riazor parece haberse abonado al empate. Pese a ello, en la ciudad herculina se respira un ambiente positivo cargado de la ansiedad propia de la disputa de un derbi muy esperado en el que el delantero de Monelos quiere y debe ser protagonista. No lo fue el curso pasado (0-2) y todavía mantiene esa espina clavada, aunque públicamente relativice la importancia de batir a Sergio Álvarez el próximo sábado por la noche: "No es un Lucas contra Aspas. Si no tengo que marcar en el derbi y ganamos, firmo encantado. Es un gran partido, estoy muy ilusionado, el ambiente es impresionante. Lo espero con ganas y sobre todo, con muchas ganas de ganarlo“.
Llevas muchos años persiguiendo poder jugar este partido. En este caso se cumplió el año pasado con tristeza. Espero que este año sea diferente. No tengo muchos derbis a mis espaldas, sólo uno, y es triste. Espero remediarlo y cambiarlo.
Ni los más optimistas podrían haber previsto un inicio de campaña tan espectacular del chico que hace 20 años daba sus primeros toques de balón en el Victoria, un club coruñés de barrio. Tras buscarse la vida a miles de kilómetros de España (Karpaty en Ucrania y PAOK en Grecia) a una edad en la que algunos de sus rivales a día de hoy ya ocupaban las portadas de los diarios nacionales, Lucas peleó por vestir de blanquiazul renunciando a propuestas económicas más interesantes. Ése es el futbolista adorado por la afición: el que levanta a la grada cuando se vacía en la presión, el que es capaz de someter a centrales jóvenes y también a los más veteranos, el que cada vez que pisa el césped del estadio se deja la piel como lo harías tú, tus amigos o tus vecinos. Esa cercanía con la grada ha fortalecido socialmente al entorno de un club que lo observa con admiración, y la hinchada tiene argumentos de peso para sostener semejante nivel de aprecio: sus registros goleadores (7 goles en 11 partidos) lo acercan a referentes de la época dorada, como Bebeto y Makaay, y a otros prolíficos delanteros históricos, como Franco o Pahíño.
Para la afición, es un plus ganar el derbi, y ellos a nosotros nos van a dar también un plus. Llevamos jornadas sin ganar y qué mejor manera que en casa para levantar la moral. No creo que haya mejor partido que éste.
El impacto del '7' en la Liga trasciende las fronteras gallegas; los números y sobre todo cómo es capaz de generar constantemente ventajas para sus compañeros lo sitúan en la quiniela de futuribles para Vicente del Bosque. Pese a la lógica prudencia y a las dificultades inherentes a entrar en un grupo con pocas plazas vacantes para la Eurocopa, su juego se adapta a la perfección a las habituales exigencias del seleccionador nacional: Lucas es productivo de espaldas a portería, rápido al espacio, puede rendir como única referencia en punta, pegado a la banda izquierda o incluso por detrás de un delantero más estático que fije a los defensas rivales. Y lo más importante: tiene el gol entre ceja y ceja. Esa voracidad lo mantiene siempre enchufado y supone una amenaza evidente para un Celta inmerso en su mejor racha como visitante en la máxima categoría (diez encuentros sin perder).
El delantero que más puntos ha dado su equipo hasta la fecha encara su reto más deseado: brillar contra el máximo rival.