Sidnei ejerce de líder

Es en los malos momentos, en esos en los que el temor por no conseguir un objetivo empieza a acechar, cuando se ve de qué pasta está hecha en realidad un futbolista. Prácticamente hasta el partido de este sábado en Ipurúa, el Deportivo transitaba por la Liga con calma y poca presión, viendo cerca la salvación gracias al colchón de puntos obtenido en la primera vuelta. Sin embargo, la derrota en casa ante la UD Las Palmas, la pobre imagen en el Sánchez Pizjuán y la goleada recibida contra el Barça hicieron mella en credibilidad de la plantilla y pusieron también en peligro la permanencia. Y ahí emergió Sidnei Rechel da Silva Junior.

Llegado a A Coruña cuando estaba a punto de cerrarse el mercado del verano 2014, Sidnei se convirtió ya en indiscutible la temporada pasada y fue un pilar base para que el Deportivo lograra mantenerse en Primera División. Precisamente esa continuidad en la máxima categoría permitió al cuadro gallego hacer un esfuerzo económico para incorporarlo un año más, que ha servido para consolidarlo definitivamente como uno de los mejores centrales de la Liga.
Su portentoso físico, que le permite ganar cualquier duelo individual ya sea aéreo o a la carrera, va acompañado de un buen manejo técnico que le ha convertido durante dos temporadas en el encargado de sacar el balón desde atrás. Y, dependiendo del resultado, puede asumir más protagonismo o menos en esa labor. De manera habitual pero especialmente cuando el resultado no es positivo, Sidnei agarra la pelota y arranca en conducción desde atrás, superando líneas y llevando la pelota prácticamente a la frontal del área contraria. 
En Ipurua, en la segunda parte y con el Dépor perdiendo un partido que podía complicar mucho su futuro, asumió la responsabilidad una vez más y ejerció de líder: tanto la jugada del gol de Fede Cartabia como la ocasión previa nacieron de sus botas tras conducciones y paredes que llevaron la pelota al área rival.