Oriol Romeu retrata las burlas y libera a Xavi de una gran preocupación en el Barça

El fichaje de Oriol Romeu ha sido la operación más sorprendente que ha hecho el Barcelona en este mercado de fichajes por el momento. Desde que el pivote catalán abandonó el Girona para jugar en un club de mucha más exigencia, las risas de desataron entre los aficionados del Real Madrid, dando por hecho de que el mediocampo merengue tenía mucho más potencial. Sin embargo, el primer asalto directo se lo ha llevado Oriol.

Su gran prueba llegó en el Clásico de Dallas, un partido que le iba a exigir lo máximo ya que sería el encargado de frenar la contundencia ofensiva que tenía preparado Carlo Ancelotti con Camavinga y Bellingham como directores de orquesta del lado merengue.

Oriol Romeu sacó su lado más salvaje y demostró que tenía facultades de sobra para pelear contra los mejores del mundo en su zona del campo. Se convirtió en un auténtico muro impenetrable, una jugador incansable que daba todo en cada balón y se exigía el máximo de sí mismo constantemente en los momentos en los que el Real Madrid más apretaba. Incluso, el pivote estuvo apunto de marcar un auténtico golazo a principios de partido con una volea al borde del área que, de no ser por el larguero, hubiese sido el golazo del Clásico.

Alcanzó un 97% de tasa en acierto de pases y, gracias a él, desbloqueó a su equipo dando a los de Xavi la libertad que necesitaban sus compañeros de equipo más cercanos.

Liberó a los mediocampistas para dominar el juego

Aunque no destaca por su magia con el balón en los pies, Oriol cumplió a rajatabla la orden directa de Xavi de no perder balones en zonas comprometidas, liberando así a De Jong, Pedri y Gündogan de las labores defensivas para llevar el balón a los delanteros.

Con él en el campo, el técnico catalán tiene razones para pensar en que el ulldeconense puede aportar un nuevo enfoque de juego que potencie más el control del partido y sin preocupación a la hora de replegarse en las contras. El Barcelona quiere demostrar a todo el mundo que Oriol Romeu es un fichaje exitoso y que, aunque no tenga ruido mediático, su adn culé sigue intacto desde que se marchó en 2011.