El Athletic sufrirá mucho la baja de un Iñaki Williams sublime

Mendizorrotza. Con veinte años de menos. 18 de mayo de 2003. Sentados en el fondo opuesto a la portería que el Athletic Club atacaba en la primera mitad, con total nitidez pudimos ver cómo Fran Yeste, tras haber controlado de lujo un balón servido desde el centro del campo, encaraba a Dutruel para batirle por bajo con su zurda de seda. En dos minutos, el Deportivo Alavés volteó el marcador. En vano. Urzaiz, de cabeza, y 'Etxebe', raseando y en vaselina, clavarían un [2-4] en aquel curso con Txutxi Aranguren y Jupp Heynckes ocupando los banquillos 'babazorro' y 'zurigorri'. El Athletic terminaría séptimo; el Deportivo Alavés, anteúltimo, descendería.

Había sido la única victoria de los leones hasta este último [0-2] sellado por Iñaki Williams y Ohian Sancet. Verdad a medias la de los que, en la previa, advertían, "Veinte temporadas ya que el Athletic no gana en 'Mendi". Verdad a medias, o sea, mentira de las gordas. Porque tan sólo en siete ocasiones se habían medido en el estadio del 'Monte afilado'. El resto, cada Club en el lugar que por méritos deportivos le correspondía.

Regresaba Asier Villalibre al 'lugar del punto fatídico' desde el que, con un sosiego que daba frío, le regaló el ascenso al Club al que el Athletic lo había cedido.

Luciendo en su pecho la publicidad de una "firma líder en el sector del afeitado clásico y moderno a nivel europeo", la inmensa e "intocable" barba del 'Búfalo' era algo así como vender tabaco por una cara y por la otra leer que "fumar mata". Se dice que la 'Compañía' presionó al árbitro a fin de que Villalibre pudiera lanzar el penalti con la camiseta puesta al revés.

Hoy es el día en el que 'LEA' bendice el acierto del bonachón de Gernika. Cuando, con todo el pescado de la familia de 'Juanito' vendido, Villalibre liberó a Guruzeta del peso del partido, Mendizorrotza se elevó hasta convertirse en el pico más alto de ese mundo que es Araba. Luis García Plaza, asumido el castigo de la derrota, rememoró emocionado ese instante en el que el que el tiempo se detuvo mientras la pelota viajaba decidida hacia la red con la promesa del ascenso. "¡Qué más da los puntos! El Athletic ha sido muy superior. Nada que objetar".

Atrayendo a su rival para poder robarle los espacios que dejaba a sus espaldas. Jugando al primer toque. Trazando triángulos en los que encerrar a los rivales. Anchando el campo, o sea, jugando por fuera para terminar entrando por dentro como armas blancas afiladas en la 'Kutxi' de lo viejo de Vitoria - Gasteiz. Mikel Vesga le filtró de lujo a Iñaki para que el 'Usain Bolt' del Athletic le pintara la cara a Sivera.

¡Y luego dicen que el "bakalao" es caro! Aunque se peque de reiteración, el cronista afirma que este Athletic de Valverde no sería concebible sin el concurso del mayor de los Williams en el 'once'.

La dura ausencia de Iñaki Williams en enero

Ojalá que cuando le llegue el momento de ir a dejarse el alma por la patria de sus mayores, Valverde, Aspiazu, en fin, todos los que somos Athletic estemos convenientemente preparados para solventar una ausencia tan sentida. La de Iñaki. La de su hermano, Nico, que ya duele antes de que empiece a doler. La de 'Galaxy', que pasó del 'esplendor en la hierba' a buscar sentado en ella acomodo.

Leones de cristal, no, aunque "sean de bohemia, corazón". Para ti, Joaquín Sabina, que 'te pone' lo de "pisar cristales" aunque sea en poesía. Porque el 'verso del Athletic' es otro y bien distinto. Ni siquiera el de José Martí. Porque el del cubano "es un ciervo herido que busca en el monte amparo". Nuestro 'ciervo' se llama Sancet y se le ve veloz, ágil, certero y poderoso. Pletórico en la 'Selva del monte afilado'. Mendizorrotza. El 'sitio de su recreo'...

"En la Pinto, en la Kutxi, en la Zapa, la gente dura, rula, rula, rula, rula". ¡Rulo!

• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista