Claudio Bravo, en la pelea por el Zamora

El Real Betis puede presumir de tener en la portería una de las competencias más seguras de LaLiga. Tanto Rui Silva como Claudio Bravo han demostrado ser alternativas de garantías bajo palos, sembrando los frutos de los éxitos recientes del club. Más allá de los traspiés sufridos en Barcelona y Bilbao (ahí jugó Rui Silva), nadie más ha sido capaz de meterle más de dos goles al equipo. De hecho, excluyendo esos dos duelos para olvidar, los de Pellegrini habrían encajado solo seis goles en diez jornadas.

Claudio Bravo, segundo en la pelea por el Zamora

Unos números que ratifican por qué el Real Betis está al alza y tiene a uno de sus porteros metido de lleno en la pelea por el Trofeo Zamora. Claudio Bravo, quien a priori está partiendo con más confianza que su homólogo, es el segundo portero con mejor coeficiente de LaLiga. Cabe recordar que este permio se da al guardameta menos goleado del campeonato, siempre y cuando haya disputado un mínimo de 60 minutos en al menos 28 encuentros. El chileno ya ganó este trofeo con el FC Barcelona en 2016.

Unos parámetros en los que entra el guardameta chileno, pese a que haya disputado 7 partidos (aún podría perderse cinco duelos más). Ningún equipo le ha metido más de un gol este curso.

Claudio Bravo ha encajado cinco goles en siete encuentros. Es decir, atesora un coeficiente de 0.71 tantos por partido. Unos números que únicamente supera Kepa (0.70), portero del Real Madrid, quien ha recibido siete dianas en diez partidos. A partir de ahí, la competencia es feroz. El podium lo cierra Álvaro Vallés, con once goles encajados en 12 partidos para un coeficiente medio de 0.92. Ter Stegen es el cuarto en discordia, con una media de un tanto por partido.

Cabe recordar que Pedro Jaro ya logró esta distinción en la campaña 94-95. Antes lo logró Urquiaga en la 34-35, encajando solo 19 goles, aunque por aquel entonces aún no se entregaba el Trofeo Zamora. Este galardón fue creado por Marca a partir del año 1959.

Su futuro, en el aire

Este periódico ya avanzó durante el mes de junio, poco antes de su renovación, que Manuel Pellegrini le habría mostrado su deseo de que se integrase en el cuerpo técnico una vez decida retirarse. Una tesitura recibida de buen agrado por el guardameta, aunque era algo que lo veía muy lejano.

No obstante, esas conversaciones se han mantenido en el tiempo y, según informaba hace un par de semanas ElDesmarque, el propio entrenador sigue insistiendo en que esa posibilidad, la de entrar con él en el cuerpo técnico, sea casi a efectos inmediatos. Es decir, a final de temporada. Algo que iría ligado, como es lógico, con que colgase los guantes. Será el quien decida.

Esto también va en consonancia con la política del club, que quiere una renovación total de la portería para el próximo curso. Claudio Bravo terminará la temporada con 41 años y Rui Silva, con ofertas y sin la plena confianza de Pellegrini, puede valorar ofertas, de ahí que el grupo de scout del club ya trabaje en varios escenarios posibles para materializar esa permuta.