Deslocalizar, desproporcionar y despistar: el deporte crea su realidad

Madrid, 27 jul (EFE).- La disputa el próximo 12 de agosto de la Supercopa de España en un estadio marroquí, el Ibn Batuta de Tánger, es la última muestra del entusiasmo con el que el deporte se ha apuntado a la deslocalización, esa política empresarial que aleja el centro de producción de la sede original en busca de un mayor beneficio económico.,Pero a nadie le puede extrañar que la Supercopa española se juegue en Marruecos cuando el Rally Dakar se disputa en Sudamérica, Japón y Catar van a est

Madrid, 27 jul .- La disputa el próximo 12 de agosto de la Supercopa de España en un estadio marroquí, el Ibn Batuta de Tánger, es la última muestra del entusiasmo con el que el deporte se ha apuntado a la deslocalización, esa política empresarial que aleja el centro de producción de la sede original en busca de un mayor beneficio económico.

Pero a nadie le puede extrañar que la Supercopa española se juegue en Marruecos cuando el Rally Dakar se disputa en Sudamérica, Japón y Catar van a estar en la Copa América de fútbol, el hockey hierba hace años que no se juega sobre hierba y el mundo está lleno de estadios olímpicos que, como el gol olímpico, nunca lo fueron.

Son maneras de jugar al despiste o de rozar la desproporción en las autodefiniciones con la idea de seguir una tradición o, más a menudo, resultar más atractivo para seguidores y marcas comerciales.

Como pasará este año con la de España, las Supercopas de Italia y Francia se han deslocalizado muchas veces. Washington, Nueva York, Pekín, Doha y Shanghai han acogido el torneo italiano y el francés se ha marchado al extranjero en las últimas nueve ediciones, con Montreal, Túnez, Libreville, Pekín y también Tánger entre sus sedes.

El ciclismo también deslocaliza sin complejos. El Giro de Italia partió este año de Israel, donde pasó tres jornadas en cuya organización invirtió su ministerio de Turismo diez millones de dólares sobre un costo total de 33.

En otras once ocasiones salió el Giro desde el extranjero, a veces de ciudades tan alejadas de 'la bota' como Belfast (2014), Ámsterdam (2010) o Atenas (1996).

Veintidós veces ha partido el Tour de Francia desde otro país, la primera vez en 1954, cuando Ámsterdam dio la salida a la etapa inicial. Y la Vuelta a España lo ha hecho en tres ocasiones, desde Lisboa (1997), Assen (2009) y Nimes (2017).

El Rally Dakar se marchó a América en 2009 y ahí sigue, con la edición de 2019 prevista íntegramente en territorio peruano.

El circuito europeo de golf incluye torneos por medio mundo, el próximo el 2 de agosto en Fiyi.

Aleksander Ceferin, el esloveno que preside la UEFA, admitió en mayo que es "una posibilidad" que una final de la Champions se juegue fuera de Europa. Allí podría proclamarse campeón de la Liga de Campeones un equipo que no haya sido campeón: la última final la jugó el Liverpool, que había sido cuarto en la Premier la campaña previa.

Y la jugó en el Olímpico de Kiev, ciudad a la que, por ahora, el COI no ha concedido nunca los Juegos.

Hay otros estadios olímpicos en Sevilla, Caracas, Santo Domingo, Tegucigalpa o Estambul.

La etiqueta 'olímpico' vende como ninguna, como bien sabe el argentino Cesáreo Onzarri, autor del primer tanto marcado desde el córner. Fue en un amistoso jugado en 1924 en Buenos Aires contra Uruguay, flamante campeón de los Juegos de París, y de ahí el nombre.

Bautizarse por encima de la realidad es una tentación en la que es fácil caer. Hay un Estadio Maracaná en Panamá con capacidad para 5.500 personas, el "Marakana" de Belgrado (55.000 espectadores), se hizo famoso por el botellazo que recibió el español Juanito Gómez durante el partido decisivo de la fase de clasificación al Mundial de Argentina 1978, hay múltiples campos 'Monumentales' por toda Sudamérica y un Coliseo en Getafe.

América, el segundo continente más grande de la tierra después de Asia, con unos 996 millones de habitantes entre los 35 países de sus 43.316.000 km cuadrados, da nombre a un señorial club de fútbol, el America do Rio, cuya fuerza popular radica en personas de la tercera edad. Los hinchas de Flamengo, Fluminense, Botafogo y Vasco da Gama lo consideran 'el segundo club del corazón' y con maldad sus rivales afirman que su hinchada cabe en un autobús. Pero el nombre del continente no se lo quita nadie.

Lo mismo que la Copa Libertadores de América, que solo tiene equipos de 10 países: Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Y en la actualidad no compite ni es invitado ningún club de Centroamérica ni de Norteamérica.

También exagera la Serie Mundial de Béisbol, que en realidad no es mundial, sino que la disputan los equipos campeones de las ligas Nacional y Americana de las Grandes Ligas de Estados Unidos.

La Copa América, el torneo de selecciones de fútbol más antiguo del mundo, reúne a las diez que conforman la Conmebol -Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela-, pero suelen participar desde dos hasta seis equipos invitados, que en 2019 pertenecerán a la Confederación Asiática: Japón y Catar.

Hasta la fecha la han jugado dieciocho selecciones y el título nunca ha sido ganado por un equipo no sudamericano.