Kike Salas, la confirmación de un central 'made in Nervión'

Nadie dijo que sería sencillo llegar, imaginen mantenerse. Kike Salas (Morón de la Frontera, 2002) se ha convertido, desde hace meses, en uno de los argumentos más ilusionantes del Sevilla en una durísima temporada. Su figura, junto a la de otros como Isaac Romero o Juanlu, reenganchan al público que pedía ADN sevillista en la plantilla y es que el zaguero, el '2' del Sánchez-Pizjuán, es un central made in Nervión.

No ha llegado aún ni a los 30 partidos con el primer equipo -como si fuese sencillo- pero Kike Salas ya se ha ganado el respeto de sus compañeros. El joven central, que es un ejemplo perfecto de constancia, trabajo, implicación -y porqué no señalarlo, de una cesión beneficiosa para todas las partes- se ha colado como indiscutible en un equipo con figuras de tanto prestigio, y de tanto coste, como Nianzou, Marcao, Gudelj e incluso, ahora sus compañeros habituales, Badé y Sergio Ramos.

Una pretemporada para toda la vida

El nombre de Kike Salas en la Carretera de Utrera, evidente, no era nuevo para casi nadie. El chico probó en alevines y fue en 2013, hace ahora once años, cuando el zaguero empezó a formarse, de manera mucho más regular, en la ciudad deportiva.

Fue escalando equipos con la misma potencia con la que acosa a sus rivales y en enero de 2021, de la mano de Paco Gallardo, debutó con el Sevilla Atlético. Fue en la antigua Segunda B, ante el Yeclano, y como lateral zurdo.

Año y poco después, concretamente en septiembre de 2022, Kike Salas debutaría, de manera oficial, con el Sevilla. Sin embargo, previo a ese debut, el de Morón vivió una pretemporada, la última de Julen Lopetegui, marcada por el adiós de Diego Carlos y Koundé, por la llegada de Nianzou y de Marcao, y por el brillo, el suyo, y el de su rival Carmona.

De Tenerife como cedido al Bernabéu como titular

Desde que debutase en aquella cita ante el Espanyol, y renovando su contrato hasta 2026, Kike Salas vivió en una auténtica montaña rusa. Su cesión al Tenerife, y las odiosas comparaciones con Carmona -que también se fue cedido al Elche-, parecían debilitar su figura, pero él nunca se rindió.

El pasado verano, desde bien temprano, se le vio trabajando con Víctor Salas, su tio y exjugador del Sevilla, en el gimnasio y los que le conocen aseguran que "este año ha dado un paso adelante. Desde el principio se le notó que quería dar un pasito más".

Ese pasito significó conseguir un sitio con Mendilibar, a pesar de todo lo hablado en verano, significó ser titular con Diego Alonso y significó, ahora, tras conseguir ficha de primer equipo, convertirse en uno de los ojitos derecho de Quique Sánchez Flores.

Unos números de puro central de Nervión

Y todo lo conseguido, para orgullo de su afición, lo ha hecho reflejando a la perfección el ADN Sevilla FC: fortaleza en el corte, sin miedo al duelo, poderío por alto y protagonismo en las áreas. Así consiguieron éxito nombres como los de Pablo Alfaro, Javi Navarro, Escudé o, de manera más reciente, Diego Carlos o incluso el propio Sergio Ramos. Se dice pronto.

Con sus características específicas, lógico, Kike Salas ha conseguido colocarse, hasta el momento, como uno de los centrales más fiables en el tackle y en las intercepciones. 

Además, por si fuese poco, su poderío por alto también se nota y es que, comparado con el resto de centrales de LALIGA, el sevillista está en el TOP 10 de mejores futbolistas con duelos aéreos ganados. También se dice pronto.

Este es Kike Salas. Este es el último central made in Nervión del que su afición, sus amigos, sus familiares y el Sevilla, su equipo, presumen.