El Dépor conquista El Molinón

Acompañado por más de 1.100 aficionados, el Deportivo buscaba en El Molinón reencontrarse consigo mismo a domicilio. Una ardua tarea a tenor del rendimiento ofrecido tanto en Cádiz como en Mallorca en las últimas dos jornadas. Por fortuna para el deportivismo, esta vez el desenlace fue distinto: el conjunto coruñés, sufriendo hasta el extremo, conquistó El Molinón y sumó su tercera victoria de la temporada lejos de Riazor. Llegó el ansiado punto de inflexión.

Natxo González confió de inicio en diez de los once titulares alineados contra el Albacete. El único cambio se produjo en la delantera, donde Quique González dejó su plaza a Christian Santos. Por lo demás, 4-3-3 calcado al planteado por el Sporting, en el que José Alberto dio entrada al luso André Sousa y a Carmona respecto al equipo con el que doblegó al Alcorcón en casa hace siete días –banquillo para el finlandés Robin Lod y Nacho Méndez–.

A las primeras de cambio, el Dépor se puso por delante en el marcador sacándole partido a la pizarra de Alejandro Esteve, el técnico blanquiazul encargado de las acciones de estrategia: Fede Cartabia botó un saque de esquina al primer palo, Borja Valle peinó el esférico y Bergantiños cabeceó la pelota al fondo de la red sin oposición.

Sin embargo, la alegría apenas duró 5 minutos, los que tardó Djurdjevic en aprovechar un desajuste defensivo de la pareja de centrales del Dépor. El punta serbio recogió la pelota en el corazón del área pequeña entre Marí y Duarte y no tuvo excesivos problemas para batir a Dani Giménez, anotando así su quinto cuarto gol de la temporada, el cuarto consecutivo.

El choque no daba tregua. Tanto es así que 180 segundos después Christian Santos subió al electrónico el 1-2 en un tres contra dos a la contra gestionado con acierto por Fede Cartabia tras un fallo clamoroso de Peybernes en la salida de balón. El central de Toulouse erró un envío entre líneas y entre Borja Valle y Cartabia le hicieron llegar el esférico al punta venezolano. Con clase, Christian batió por arriba a un Diego Mariño desesperado por las facilidades concedidas.

Los ataques se impusieron a las defensas en el transcurso del primer tiempo. Carmona y Christian Santos dispondrían de sendas ocasiones claras para alterar el transcurso del duelo durante los primeros 45 minutos. Ambos se quedarían a escasos 30 centímetros de rentabilizar sus oportunidades.

El paso por los vestuarios empequeñeció al Dépor, sometido por un Sporting más incisivo en campo rival. Tan solo Cartabia lograba estirar a un equipo maniatado por el conjunto local. Cristian Salvador y Carmona a punto estarían de firmar la tablas mientras los hombres de Natxo González se las veían y se las deseaban para encontrar a Edu Expósito y Vicente Gómez, desaparecidos en combate.

Natxo movió ficha y apostó por Didier Moreno en la plaza de Edu, aunque el colombiano se marchó al sector izquierdo del centro del campo y Vicente ocupó la parcela del medio catalán. Antes de que el técnico del Dépor moviese su segunda pieza (Carlos Fernández por Fede Cartabia), Marí sacó bajo palos un cabezazo en el primer palo de Cristian Salvador que se colaba en la portería herculina.

No sin sobresaltos, el Deportivo supo sufrir en la recta final de la contienda para traerse a casa una victoria que sabe muy dulce. Tanto que este puede ser el principio de un cambio de tendencia: del Dépor apático y superado lejos de Riazor al Dépor comprometido y acertado en los últimos metros fuera de casa.