Tenían un 4 contra 1 y acabó en gol en contra: la jugada loca que decidió el Brighton-Wolves en el 93'
-
Mats Wieffer cometió un terrible fallo para el Brighton
-
Matheus Cunha anotó el 2-2 apenas 10 segundos después
-
El gol más increíble de Erling Haaland: le agarran, le tiran y ni aun así pueden frenarle
El partido entre el Brighton & Hove Albion y el Wolverhampton ha acabado de la manera más loca posible. Cuando el cuadro local lo tenía todo a favor para poner el 3-1 definitivo en el marcador, una jugada rocambolesca de ida y vuelta derivó en el 2-2, anotando por el exatlético Matheus Cunha tras un rebote dentro del área en el minuto 93.
Danny Welbeck adelantó al Brighton justo antes del descanso. Tras un partido de ida y vuelta, Evan Ferguson puso el 2-0 en el marcador en el minuto 85, un tanto que sonaba a definitivo viendo devenir del encuentro. Aún así, en el 83' anotó Rayan Aït-Nouri para darle algo de emoción a los minutos finales. Y vaya si hubo emoción.
El Brighton-Wolves, del 3-1 al 2-2 en 10 segundos
Lo mejor estaba por venir. Corría el minuto 93 de un partido en el que se habían añadido 5'. El duelo estaba completamente roto, con los locales aguantando bien el resultado y los lobos poniendo toda la carne en el asador para lograr el empate. Un empate que acabaron logrando de la manera más insospechada.
El Brighton tuvo una jugada clamorosa para anotar el 3-1: un cuatro contra uno en el borde del área. El caso es que Mats Wieffer perdió la pelota y provocó el contragolpe del Wolves.
¡EL ÚLTIMO RUGIDO DE MATHEUS CUNHA Y EL WOLVERHAMPTON! 🐺
¡Qué bonito es el fútbol cuando se vuelve loco! 🤩
Final de locura en la #PremierLeagueDAZN ⚽ 🏴 pic.twitter.com/1Yj4CHWhje
— DAZN España (@DAZN_ES) October 26, 2024
Fue Tommy Doyle quien robó el esférico como último defensor y fue Tommy Doyle quien asistió directamente desde la zona defensiva a Matheus Cunha, que estaba en la medular. El brasileño avanzó, avanzó y avanzó. Se adentró en el área y sacó un disparo con la derecha que tocó en Jan Paul van Hecke, despistó al portero y acabó en la red. Cunha se fue a celebrarlo de la forma más loca posible mientras Wieffer no sabía cómo taparse la cara tras su fallo clamoroso 10 segundos antes. Y al final, 2-2.