Mario Abrante y sus vivencias con la afición del Real Betis: "Son alucinantes, para lo bueno y para lo malo"
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El jugador no olvida la derrota en el derbi ante el Sevilla: "De casa al entrenamiento"
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Destaca la pasión de la afición verdiblanca
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El pasado bético de Rubi, en juego en la Copa: “Dejaríamos felices a otros aficionados”
Mario Abrante no olvida su paso por el Real Betis. El que fuese futbolista, además del conjunto verdiblanco, de equipos como FC Barcelona, Getafe, Real Valladolid o Real Zaragoza, entre otros, ha concedido una extensa entrevista y, entre otros muchos temas, habló sobre la pasión de la afición bética: "Es alucinante".
El zaguero, que disputó 34 encuentros en dos temporadas como verdiblanco, recuerda en Offsiders que "yo tuve la mala suerte de jugar un derbi que perdimos 3-0 (el resultado en realidad fue 5-1). No puedes salir de tu casa, o sea, no sales. Iba a entrenar y me volvía".
"Es una afición que lo vive mucho y es una afición que te lo dice en la calle, o sea, no le importa, tú estás comprando y te lo dice", recuerda el exjugador de Tenerife.
En esta misma línea, Mario reconoce que "tú te callas, porque al final son ellos el Betis y tú estás ahí obviamente para darlo todo, pero claro, hay días que las cosas no salen y pasa.
"Ellos son el Betis, te la tienes que comer con papa. Yo me callaba, si tienen toda la razón y me iba. Ahora si va bien, como nos fue, te tienen aquí arriba. Es una maravilla, donde sea, te tratan como si fuera la familia. Espectacular", añade poco después.
Las lesiones marcaron la época de Mario en el Real Betis
A pesar de haber jugado en el Real Betis, los verdiblancos no son, ni mucho menos, el equipo más recordado del central. El que fuese jugador del Getafe se perdió multitud de encuentros debido a diferentes lesiones que, por ejemplo, le dejaron apenas sin opciones en su primer año.
En su segunda temporada, mucho más irregular en lo personal, el Real Betis acabó la temporada como séptimo clasificado.
Tanta afición y luego no tienen idea de fútbol histórico en Sevilla, por eso se les llama los segundones