El cierre del Sánchez-Pizjuán, una 'amenaza' real para el Sevilla

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La afición, tras 'salvar' al equipo, anuncia protestas para este domingo
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Los principales estamentos, muy atentos a posibles lanzamientos o interrupciones durante el partido
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Antiviolencia propone la clausura temporal del estadio del Betis durante un mes por irregularidades en el derbi
Nadie habría imaginado a principios de temporada, cuando se conoció el calendario, que el Sevilla-Real Madrid de este domingo tendría poca -mínima- importancia en lo deportivo. La cita entre estos dos equipos, que suele ser sinónimo de buen fútbol e intensidad, llegará marcada por una de las protestas más llamativas de la última década y, teniendo en cuenta los precedentes del curso, una amenaza real (y muy seria) para los intereses blanquirrojos.
Tras una pésima temporada, la afición sevillista parece haber llegado al tope. Después de la enésima exhibición de animación el pasado martes ante Las Palmas -encuentro en el que los de Caparrós consiguieron el triunfo de la salvación-, el público blanquirrojo ha decidido explotar este domingo y, de la mano del llamamiento de Biris Norte, prepara una protesta que podría dejar al equipo solo durante toda la primera mitad.
Este movimiento, que no hace más que demostrar el poderío del público sevillista, llega, sin embargo, acompañado de una amenaza muy real en el Sánchez-Pizjuán: el cierre -parcial o completo- sobrevuela Nervión.
El posible cierre del Sánchez-Pizjuán, presente en el Sevilla
Porque dentro de la lógica y aplaudida protesta del público nervionense, cualquier lanzamiento de objetos (cartulinas simplemente, como sucedió ante el Atlético de Madrid), podría llevar a las diferentes instituciones a proponer cierres en Nervión.
Sin ir más lejos, hace días se conoció la propuesta de Antiviolencia para intentar cerrar, de manera parcial, el Benito Villamarín tras una serie de irregularidades en el derbi ante el Sevilla y ahora, en Nervión, puede ocurrir algo semejante.
Cabe recordar que ante el Atlético de Madrid el encuentro estuvo detenido varios minutos y, por suerte para los blanquirrojos, el árbitro no suspendió la cita ni quiso llegar a mayores.

La historia ahora podría cambiar. Los principales estamentos están muy atentos a las protestas previstas en el Sánchez-Pizjuán y aunque desde el club sevillista se intenta comprender y evitar ciertos capítulos -como aglomeraciones en los pasillos interiores, dejando las puertas abiertas durante la cita-, el miedo es real en Nervión.
El público blanquirrojo siempre estuvo a la altura. Su momento, tras mantener vivo y salvar al equipo, ha llegado, pero la amenaza del cierre ante algún incidente, después de un año tan irregular, está sobre la mesa.