Luis Enrique, el Valencia CF y los Lim, ya lo dijo Herodoto: "Tu estado de ánimo es tu destino"

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¿Qué nos deparará el futuro con Kiat Lim, Solís, Gourlay o Corberán?
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Mestalla sabe lo que tiene que hacer
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Ser optimista es un planteamiento de vida y un win-win de manual: Luis Enrique es el ejemplo
Me decía Fede Sagreras, presidente de la Agrupación de Peñas el otro día en una entrevista que él es optimista con el futuro del Valencia CF y la nueva reestructuración tras el fichaje de Ron Gourlay, que quiere serlo aunque a veces eso implique darse golpes contra la realidad. Me pasa algo similar en mi vida. Procuro ser tan optimista que, a veces peco de ingenuo pero es que, desde que aprendí gracias mi querido Rubén Miró, aquella frase que se le atribuye a Herodoto (484-425 AC) "Tu estado de ánimo es tu destino", lo llevo marcado a fuego; Siempre mirando hacia adelante con alegría, optimismo, ilusión y alejando a los pensamientos y las personas tóxicas en todos los ámbitos de mi vida. Luis Enrique, flamante campeón de la Champions y cómo afronta cada día la pérdida de su hija Xana es el ejemplo, el referente.

Es tan profunda la frase acuñada hace dos mil quinientos años que hoy en día sigue siendo aplicable a todos los ámbitos de la vida, incluso hasta el Valencia CF, hasta su afición hasta el cómo tomarnos el nuevo cambio que llega con Kiat Lim, que parece que está algo más implicado en la reorganización del club, y la llegada de un tipo como Ron Gourlay, que tiene miles de horas de vuelo en el mundo del fútbol.
Lo que sucederá con el Valencia CF a medio o largo plazo no lo sabemos. Ni sabemos cuándo Peter Lim al final venderá ni a quién. Por no conocer, no sabemos ni qué fichajes harán este año o si, ni tan siquiera lo que podemos hacer nosotros mañana... Pero sí que podemos decidir con qué actitud y cómo afrontamos cada situación. Nosotros, los aficionados del Valencia, los Lim y los periodistas.

La lección de Mestalla con su Valencia CF
Sirva como ejemplo la actitud de la hinchada del Valencia. Este año, más de 823.000 aficionados poblaron las gradas de Mestalla. Una media de más de 43.000 por partido es una pasada siempre. Pero, como el equipo estuvo 24 jornadas en descenso, la afición entendió -sin necesidad de que nadie les hable de Herodoto- que su papel era clave.
El estado de ánimo de la grada (proactivo en la lucha por la salvación al igual que lo es en que se vaya Peter Lim) logró que el equipo se sintiera respaldado, querido y recuperara sus constantes vitales (sin quitarle ni un ápice de mérito a Carlos Corberán) y logró salvarse con cierta holgura cuando nadie daba un duro por el Valencia. Y exactamente a eso me refiero con aquello de que el estado de ánimo puede ser nuestro destino. Veremos qué pasa en verano, en ElDesmarque se contará lo bueno, y se denunciará lo malo. ("El periodismo o es contra hegemóncio o no es" aunque lo hegemónico sea muchas veces decir que todo está mal), pero siempre desde una visión constructiva y optimista hacia el futuro. La vida de por sí nos da ya muchos palos como para estar buscando enemigos, batallas y frentes imaginarios que nos consumen energías que uno prefiere gastar en acercarse al fútbol y al Valencia CF como lo que es: un sentimiento, una ilusión. En definitiva, con ganas de disfrutar del deporte rey y de compartir un sentido de pertenencia a algo muy grande que es el Valencia CF y que no se lo puede cargar nadie. Ni los Lim, ni la falta escasa inversión ni nada por el estilo.
Ser optimista es un win-win de manual (éxito asegurado). Si al final se cumple tu deseo, perfecto, Si no, al menos has disfrutado el trayecto. El estado de ánimo marcará nuestro destino, personal, y también el del Valencia tarde lo que tarde este en llegar. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia