Luto: el dolor convertido en videojuego

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Luto, de los canarios Broken Bird Games, es un viaje inmersivo hacia el duelo y la desolación
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Puzzles psicológicos, atmósfera opresiva y una narrativa que te marca
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Terror patrio: el boom de los videojuegos de terror ‘made in Spain’
Cuando pensamos en el terror psicológico, a menudo evocamos imágenes de pasillos oscuros, puertas que crujen y entidades espectrales. Pero en Luto, desarrollado por el estudio canario Broken Bird Games y publicado por Selecta Play y Astrolabe Games, el verdadero monstruo no tiene forma. El verdadero enemigo es invisible, cotidiano y devastador: el duelo.
Este título, que debutó el 22 de julio de 2025 en PS5, Xbox Series X/S, Steam y Epic Games Store, tiene claros referentes en juegos como P.T. o Layers of Fear, pero destaca por la originalidad de su propuesta y por su valentía al explorar temas emocionales profundos. Luto es una experiencia introspectiva, una espiral descendente hacia la mente de alguien roto por la pérdida.

A lo largo de sus 4 a 6 horas de duración, nos enfrentamos a un juego que no solo quiere asustarnos, sino desarmarnos emocionalmente. Pocas veces un videojuego ha convertido el hogar, símbolo de seguridad, en un laberinto emocional tan efectivo y perturbador. No es un juego de sustos, aunque los tiene, sino un título que te arrastra a zonas más chungas de la mente y que, a pesar de algunos peros en su diseño, lo consigue.
Una historia contada a través del espacio y el silencio
En Luto encarnamos a Samuel, un hombre incapaz de abandonar su hogar. Atrapado en un bucle temporal y emocional, su entorno se distorsiona conforme su psique se desintegra. Cada habitación, cada pasillo y cada objeto cuentan una historia. No hay cinemáticas explicativas ni textos que digan explícitamente qué ocurre (aunque sí tenemos a un extraño narrador): el juego confía en nuestra capacidad para interpretar lo que no se dice, para leer entre líneas, para reconstruir el dolor a partir de detalles sutiles como notas adhesivas, relojes, dibujos infantiles o el eco lejano de una puerta cerrándose.
La narrativa se presenta como un rompecabezas emocional. Luto no se contenta con contarnos un trauma: nos obliga a vivirlo. A sentir su peso en cada repetición de día, en cada habitación que cambia ligeramente, en cada sonido que apenas escuchamos pero que nos hiela la sangre. La narración en off, que en un primer momento puede parecer fuera de lugar, con el tiempo se vuelve una herramienta crucial para entender (y cuestionar) la perspectiva de Samuel. Su tono ambiguo, a veces condescendiente, a veces paternalista, se convierte en otro elemento del laberinto psicológico que nos atrapa.

Jugabilidad minimalista pero cargada de significado
Luto adopta una jugabilidad propia de los walking simulators, sin combate ni un inventario muy complejo, pero potencia su propuesta con una gran variedad de puzles ambientales y simbólicos. Desde seguir el sonido de relojes hasta interpretar dibujos, cada enigma está estrechamente ligado al estado emocional del protagonista.
Pero aquí tenemos que decir que los puzles no siempre están muy acertados. Aunque algunos de ellos resultan brillantes y originales en su planteamiento y resolución, otros nos han parecido demasiado arbitrarios, confusos, frustrantes y faltos de sentido. Los hemos resuelto de casualidad, tan solo con prueba y error y otros se han resuelto como por arte de magia, sin saber todavía que hicimos para que aquella puerta se abriera. Es un juego donde no hay concesiones: Luto exige paciencia, observación y reflexión.
Apartado visual perturbador y un sonido sublime
Visualmente, Luto no busca deslumbrar, sino inquietar. Su mayor virtud reside en la ambientación: luces que engañan, sombras que insinúan, y espacios cotidianos que se transforman lentamente hasta volverse irreconocibles. La dirección artística brilla especialmente en los contrastes: habitaciones iluminadas que deberían tranquilizar pero que inquietan, pasillos que se alargan sin fin, objetos que desaparecen o cambian de lugar de manera imperceptible. Es un terror que no grita, susurra, y eso lo hace mucho más efectivo.

Si hay un apartado en el que Luto roza la excelencia absoluta, es en el diseño de sonido. Cada crujido, cada paso sobre diferentes superficies, cada silencio prolongado, están perfectamente calculados para generar incomodidad. El juego juega con nuestra percepción auditiva con maestría: a veces el ruido viene de una habitación vacía; otras, el silencio es tan denso que nos obliga a detenernos. El uso del sonido como guía en algunos puzles es una muestra clara del talento del equipo de diseño. Juégalo con auriculares, por favor.
La banda sonora es mínima, pero intencionadamente ausente en muchos momentos clave, dejando que el sonido ambiente sea el que cargue con la tensión. Y cuando aparece, lo hace para reforzar la emoción, no para manipularla.
Más allá del miedo: un videojuego sobre la pérdida
Luto no busca entretener, sino conmover. Su enfoque del horror no se basa en monstruos ni persecuciones, sino en algo mucho más íntimo: el peso del dolor no resuelto. En cada loop temporal, en cada repetición de una escena que no avanza, entendemos mejor a Samuel. Entendemos lo que significa estar atrapado en un recuerdo que no se quiere soltar.

A diferencia de tantos juegos que usan el trauma como excusa para justificar mecánicas o ambientaciones sin fondo, Luto integra su temática en cada decisión de diseño. El tiempo que se repite. Las habitaciones que se doblan sobre sí mismas. La voz que te guía y te traiciona. Todo forma parte del mensaje: no hay escapatoria fácil del dolor. Y a veces, ni siquiera hay escapatoria.
Conclusiones de Luto
Luto es una experiencia que no se puede recomendar a la ligera, pero que merece ser jugada por quienes buscan algo más en los videojuegos. Su propuesta es valiente, honesta y emocionalmente demoledora. Tiene fallos, sí, pero ninguno de ellos empaña su capacidad para impactar. Es uno de esos juegos que no se olvidan al cerrar la partida. Se queda contigo. Se mete bajo la piel. Y te obliga a pensar.
Plataforma analizada: PlayStation 5
Lo mejor:
- Una narrativa madura, simbólica y emocionalmente poderosa
- Un diseño de sonido sobresaliente que potencia la inmersión
- La ambientación brilla y conmueve
Lo peor:
- Momentos de falta de pulido (textos sin traducir o con marcadores genéricos)
- Muchos puzles fallan: demasiado abstractos o mal comunicados
- Desde luego, no es para todos los jugadores
80/100