Por qué el Sporting no juega con camiseta oficial ante el Mirandés
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LaLiga bloqueó la tercera camiseta, que debía estrenarse en este partido
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El Sporting de Gijón saltaba ante su visita al Mirandés con una imagen completamente inesperada. El equipo rojiblanco se ha visto obligado a vestir una indumentaria improvisada, luego de que ninguna de sus tres equipaciones oficiales haya sido autorizada por LaLiga para este encuentro.
Un problema de colores y burocracia que deja al Sporting sin camiseta oficial
El conjunto dirigido por Borja Jiménez planeaba estrenar su tercera equipación: una camiseta blanca con cuello rojo y el primer escudo histórico del club. Sin embargo, la ilusión de los aficionados se vio frustrada cuando LaLiga impidió su uso al no estar el nuevo emblema registrado todavía en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).
La decisión tomó por sorpresa al club, que además no podía recurrir a sus otras dos indumentarias, la rojiblanca y la azul, por coincidencias cromáticas con el Mirandés.
Ante la urgencia, el Sporting ha optado por una solución temporal: una camiseta amarilla fluorescente, similar a las que usa en los entrenamientos, adaptada con los parches oficiales, dorsales y publicidad. No es una versión comercial ni forma parte del catálogo del club; solo se han producido unas 80 unidades para jugadores y cuerpo técnico. La improvisada equipación se completa con pantalones blancos, dando lugar a una imagen inédita en la historia reciente del Sporting.
El adiós a Puma y el inicio de una nueva etapa con Siroko
El inusual episodio coincide con el final de la relación entre el Sporting y Puma, marca que dejará de vestir al conjunto gijonés al término de esta temporada. A partir del próximo curso, la empresa local Siroko, con sede en Gijón y actual patrocinador principal, asumirá la creación completa de las equipaciones, un paso que busca reforzar la identidad y proximidad del club con su afición.
Mientras tanto, los seguidores rojiblancos han reaccionado con una mezcla de humor y resignación. En redes sociales abundan los comentarios que ironizan sobre la “camiseta de entrenamiento más cara de la historia”, aunque también se valora la oportunidad de ver algo diferente en el césped.