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Toyota ha cerrado el semestre fiscal con cifras récord gracias a la imparable demanda de sus modelos híbridos. La marca japonesa, junto con Lexus, ha superado los 2,4 millones de unidades electrificadas vendidas entre abril y septiembre de 2025, de las cuales más de 2,2 millones corresponden exclusivamente a híbridos autorrecargables. Este volumen ha sido suficiente para marcar un hito histórico y consolidar a Toyota como uno de los fabricantes con mejor rendimiento global en el actual escenario de transición energética.
Lo destacable en este caso es que la marca no está logrando cubrir toda la demanda de estos modelos. El éxito comercial de los híbridos ha superado incluso las previsiones internas del fabricante, generando problemas de disponibilidad en algunos mercados clave. En paralelo, aunque los eléctricos puros y los híbridos enchufables experimentan tasas de crecimiento elevadas, sus cifras absolutas siguen muy por detrás de los híbridos convencionales.
La explicación a este fenómeno pasa por el comportamiento de mercados como el español, donde una parte significativa de los conductores sigue desconfiando del coche eléctrico. La dependencia de la infraestructura de carga, los precios de adquisición y las dudas sobre la durabilidad de las baterías continúan pesando en la decisión de compra. En este contexto, el híbrido se percibe como una solución intermedia, sin enchufe, sin esperas y con menores complicaciones logísticas.
El híbrido como valor refugio
En este sentido, Toyota ha sabido mantener una estrategia coherente. Mientras muchos fabricantes se han volcado de forma radical hacia el eléctrico puro, la compañía japonesa ha seguido apostando por una electrificación gradual basada en sus híbridos, una tecnología que domina desde hace más de dos décadas. El resultado es un producto maduro, eficiente y con una amplia gama disponible que satisface a buena parte del mercado.
Por otro lado, la presión de los costes derivados de factores externos —como los aranceles en mercados estratégicos— no ha mermado la rentabilidad del negocio híbrido. La solidez de las ventas permite a Toyota mantener su margen y seguir invirtiendo en nuevas plataformas, incluida su futura generación de vehículos eléctricos.
Llama especialmente la atención cómo una tecnología que parecía transitoria se ha convertido en el principal motor de ingresos para una marca global. Por todo ello, el híbrido no solo sigue vigente, sino que se ha transformado en una apuesta rentable frente a la lenta consolidación del coche eléctrico.