Andújar y el Bar Nalón
Un té en la barra del Mesón Río Nalón cuesta 1'5 euros y si lo tomas durante un partido del Sporting te transporta directamente al Luces de Bohemia. Lo que Isidro y su familia han hecho por el sector de La Mareona residente en Madrid no tiene precio. En esa esquina de Donoso Cortés con Magallanes hemos sido muy felices. La sensación de ser invencibles cuando tu equipo pierde más que gana sólo se consigue cuando estás muy arropado, y allí nunca faltaba alguien a quien abrazarte si marcaba el Sporting. Hasta los bares de la zona tenían que comprar por PPV los partidos de los rojiblancos porque el Nalón se nos quedaba pequeño.
La clandestinidad de la Liga Adelante nos ha robado esas tardes. Al Sporting, fuera de Asturias, es casi imposible verlo por la tele. Por si fuera poco el partido contra el Córdoba, que sí se vio gracias a Canal Plus, cayó un domingo de puente que muchos asturianos aprovecharon para volver de casa. En esa barra del Nalón seríamos 12, como mucho 15, pero se cantó como antes el gol de Lekic en el minuto 90. Y se discutió la polémica, sobre todo el penalti que le pitan a Stefan.
Viendo el duelo contra los andaluces me acordé de mi amigo Juan Andujar Oliver, al que admiro y respeto a partes iguales. Cuando empecé a trabajar en Radio Marca yo era un forofo de esos que no confía en los árbitros y piensa que siempre van a favorecer al grande para perjudicar a su equipo. Un almuerzo con Andujar en la Calle Génova y muchas horas de radio con él me han hecho cambiar la forma de ver las jugadas. Creo en la honestidad de los colegiados y me arrepiento de haber dudado alguna vez de ellos. El árbitro se equivocó señalando esa pena máxima en El Arcángel, igual que se equivocó Isma López estrellando el balón en el larguero con la portería vacía o igual que el mismo Valdés Aller permitió que el gol de Carmona subiera al marcador aunque el balear estuviera en fuera de juego.
El Sporting de Sandoval es casi siempre mejor que su oponente. Yo diría que de cada 10 partidos, el Sporting merece llevarse más botín que el rival en 8. No hay que escudarse en los árbitros. Creo en ellos, en su honestidad y su independencia. Y creo en el fútbol que plantea Sandoval, porque los partidos del Sporting, al menos 8 de cada 10, me divierten mucho aunque no pueda verlos en El Nalón.