Quince años de aquel penalti que paró Esteban

Cómo pasa el tiempo. Eran los albores del Siglo XXI –o el ocaso del XX, según se prefiera- y el Real Oviedo aún participaba en la élite del fútbol español y, además, con gran incidencia en la historia balompédica. Sin embargo, el protagonista de esta historia era entonces y sigue siendo ahora portero del equipo azul.

Este jueves se han cumplido quince años de uno de los partidos más relevantes de la historia más reciente del Oviedo en Primera División. Era un 7 de mayo del año 2000 y visitaba el antiguo Carlos Tartiere un Atlético de Madrid a punto de marcharse al pozo sólo cuatro años después de hacer aquel magnífico doblete.
Pero las circunstancias eran muy distintas. Los colchoneros llegaban a Oviedo necesitados de ganar, pero los azules también necesitaban hacerse con los tres puntos. Apenas había pasado una semana de aquel surrealista partido en el Sánchez-Pizjuán en el que los aficionados de un desahuciado Sevilla cantaban los goles azules para así ayudar que su eterno rival, el Real Betis, les acompañara a la categoría de plata.
En la primera parte, el Oviedo se fue a vestuarios con ventaja gracias a un gol de Losada, aumentándola en el minuto 68 gracias a un gol de penalti de Paulo Bento.
Cuando todo eran celebraciones, pues con ese resultado se dejaba prácticamente certificada la permanencia, emergió el Atlético, empatando el partido apenas ocho minutos después del gol del portugués con goles de Capdevila y Hasselbaink.
El encuentro se volvió loco y a falta de cuatro minutos para el final, los capitalinos dispusieron de un penalti que le hacía agarrarse como un clavo ardiendo a sus opciones de permanencia. Pero ahí emergió Esteban Suárez, que detuvo el lanzamiento de Hasselbaink y mandó al Atlético de Madrid a Segunda División por segunda vez en su historia. El Real Oviedo ganó la semana siguiente al Rayo Vallecano en Madrid y certificó su última permanencia en Primera División.
De ahí en adelante, el fútbol, como la vida o más aún, dio muchísimas vueltas. Tantas como para que el equipo azul se fuera de la élite al año siguiente y nunca más regresara, o como para que Esteban acabara jugando en el Atlético de Madrid justo en la campaña en la que el club rojiblanco regresaba a la Primera División de la que el portero avilesino le había echado, o como para que, después de tres lustros, el mismo portero luche con el mismo escudo para devolver al Real Oviedo al fútbol profesional. Las cosas del fútbol.