La seguridad llegó con Carlos
El Real Oviedo ha tenido a lo largo de toda la temporada numerosas bajas importantes. Las lesiones se repartieron entre los hombres ofensivos y los jugadores de la zona defensiva; mermando los planes de Anquela en numerosas ocasiones. Uno de los que más afectado se vio y que más tiempo pasó en la enfermería fue Carlos Hernández. El central andaluz estuvo apartado primero dos meses entre septiembre y noviembre y posteriormente otro mes y medio más entre noviembre y diciembre. Tras estar al cien por cien ha vuelto al once a finales de 2018 y la defensa se ha asentado.
Así lo demuestran los números. Desde que Carlos Hernández volvió a ocupar la posición de central derecho en la defensa de tres centrales y dos carrileros, el Oviedo ha ganado tres partidos y empatado uno. Volvió a estar disponible en el partido de Los Cármenes ante el Granada, pero no se quiso forzar, esperando su vuelta al partido ante el Málaga, último partido de 2018.
A parte del buen balance en cuanto a resultados, también son buenos los datos en cuanto a goles encajados. En esos cuatro partidos desde que volvió a la zaga, los azules han encajado únicamente dos goles, los dos de Los Pajaritos contra el Numancia. Contra el Málaga y el Tenerife en el Carlos Tartiere se deja portería a cero y contra el Extremadura en el Francisco de la Hera también. Además, en ninguno de los tres partidos se sufre en exceso, con ocasiones contadas por parte de los equipos rivales.
También ha vuelto a producir ofensivamente; una característica que le marcó la pasada campaña. Contra el Numancia anotó a balón parado y ante el Extremadura mandó el balón a boca de gol, zona por la que apareció Joselu para rematar. El Oviedo necesitaba encontrar la seguridad defensiva; algo que parece haber llegado en los primeros encuentros de 2019, coincidiendo con la vuelta a los planes de Carlos Hernández.