Mucho control, poco rock and roll

El Real Oviedo recibía en el Carlos Tartiere a un Girona que llegaba tras sumar los tres puntos ante el Real Valladolid en la sexta jornada se LaLiga SmartBank. Los gerundenses en plena tendencia positiva y siempre peligroso. Un encuentro que terminó con empate a cero, después de que los dos conjuntos no consiguieran derribar la muralla rival.

Tras el empate en Can Misses, los de Ziganda, con solo un cambio en el once, buscaba un triunfo para seguir encaramado en los puestos altos. Con las tradicionales armas de este equipo. Fuerte en defensa y rápido a las contras. Dejando claramente el balón para los de Míchel, la primera gran ocasión fue para los carbayones.

Lo hizo fenomenal Pierre colándose hasta línea de fondo, poner un pase magnífico, pero Obeng la mandó a las nubes. Esto le hizo ganar terreno en el campo los de Ziganda. La presión provocó un error en la zaga que dejó a Obeng solo ante Juan Carlos, pero sacó el portero visitante hasta en dos ocasiones.

Después de esos momentos de efervescencia, el encuentro bajó un punto de ritmo, con dominio del balón del Girona, pero sin profundidad. Bien posicionado el equipo de Ziganda que no dejaba entrar a su rival, con un Femenías totalmente desaparecido en la primera parte. Borja Bastón la tuvo en el tramo final, pero se volvió a encontrar Juan Carlos, gran protagonista de la primera parte.

No se terminó de romper el partido

Tras el paso por los vestuarios, el equipo de Ziganda buscó un punto más y quiso dominar desde primera hora. Fue un dominio más terrenal y efímero que otra cosa. Porque rápidamente se volvió a hacer con la pelota el equipo de Míchel. El ritmo del partido, a pesar de los cambios fue cayendo.

La entrada de Stuani y Samu Sáiz le otorgó un peligro extra a los visitantes, algo que se hizo notar desde primera hora. Ziganda movía el centro del campo completo, buscando más profundidad en las bandas, pero no terminaba de dar con la tecla que moviera el avispero.

Hasta el final del partido, misma sintonía. Mucho miedo a perder. Demasiado respeto entre dos conjuntos que no consiguieron romper el partido. Obeng terminó expulsado tras una dura entrada que le hará perderse el siguiente partido. Un empate insulso ante un rival que peleará por la zona alta.