Una de cal y otra de arena
El Espanyol no pudo pasar del empate este viernes en Vallecas ante el Rayo (2-2) en el encuentro que abría la jornada 7 de LaLiga Santander. El equipo de Rubi logró darle la vuelta al tanto inicial de Raúl De Tomás, pero no supo reaccionar al tanto de Kakuta desde los once metros con el que el equipo franjirrojo ponia el empate en el marcador. Y es que el conjunto perico mostró de nuevo sus mejores características en la primera mitad tras recibir el primer embiste demasiado pronto, a los 6 minutos, cuando Raúl De Tomás ponía por delante a los suyos con un potente disparo raso.
Los blanquiazules no desesperaron y persistieron hasta lograr con una jugada ensayada el empate y, siguiendo el mismo guión, lograron ponerse por delante al borde del descanso.
Tras el paso por vestuarios, algo cambió en la mentalidad de los pupilos de Rubi, que tras cometer un inocente penalti transformado por los locales, no reiteraron en las ideas ofrecidas durante el primer periodo. Al primer mazazo supieron reponerse, pero todavía esperamos noticias del segundo gol encajado.
El gen competitivo del que tanto adoleció el equipo en la pasada temporada, dejó ver sus dos caras en Vallecas. Sí la primera fue esperanzadora e invitó a los aficionados a soñar con un Espanyol que luche por cosas importantes esta temporada, la segunda los empujó hacia el pesimismo y el 'otro año igual' que pareciera estar desterrado tras el buen comienzo de temporada.
LaLiga Santander volverá la próxima semana al RCDE Stadium con un rival importante como el Villarreal por delante. Oportunidad pintiparada para recuperar sensaciones y demostrar a la afición que segundas partes nunca fueron buenas.