Desterrado por Xavi Hernández, está dejando en ridículo al Barça, y también a Joan Laporta

Antoine Griezmann es una de las noticias más positivas que ha dejado el Mundial de Qatar. Tal y como lo hizo en Rusia, ha vuelto a brillar con luz propia y se ha convertido en el líder de la selección francesa, con el permiso de Kylian Mbappé. Pero lo cierto es que él es el encargado de organizar todas las jugadas de peligro, y por sus botas pasan todos los balones que posteriormente se encarga de enviar al fondo de las mallas el astro del Paris Saint-Germain.

Aunque todavía no ha visto portería, el futbolista del Atlético de Madrid se ha encargado de regalar tres asistencias a sus compañeros, y ha respondido a la enorme confianza que Didier Deschamps le ha mostrado en todo momento. Una cosa que Diego Pablo Simeone debe de estar celebrando en su casa, pues tener nuevamente al 100% a un crack de sus cualidades siempre es algo muy bueno, sobre todo, considerando que llevaba un tiempo lejos de su mejor versión.

En concreto, desde que decidió firmar por el Barça. Llegó como una obsesión de Josep María Bartomeu, que pagó 136 millones de euros por sus servicios, pero nunca respondió a las enormes expectativas que generó con su llegada. Desembarcó en la ciudad condal siendo considerado como uno de los mejores del planeta, e incluso había sonado como aspirante al Balón de Oro, pero la realidad es que pasó de puntillas por el Camp Nou en los dos cursos que estuvo.

Eso provocó que Joan Laporta decidiera darle salida, y regresó al Civitas Metropolitano en calidad de cedido, para después quedarse de manera definitiva allí, a cambio de únicamente 20 ‘kilos’. Un chollo, considerando sus increíbles actuaciones en la Copa del Mundo. Y eso ha provocado que el presidente del Barça y su mano derecha, Mateu Alemany, comiencen a recibir críticas de todo tipo, al haber malvendido a un jugador de su talla, como recuerdan en ‘El Confidencial’.

Si hubieran esperado unos meses más antes de regalárselo al Atleti, podrían haber obtenido mucho más beneficio. Porque ahora no sería complicado encontrar a un comprador para ‘el Principito’…