Certificados de rojiblanco

 

Cuando los resultados deportivos acompañan, como sucedió la campaña pasada, resulta muy fácil enarbolar la bandera rojiblanca. Todos se suben a caballo ganador, indistintamente del motivo, ya sea porque gusta el sistema de juego, simpatía temporal, por procesar admiración a un determinado futbolista... El entorno se viste de rojo y blanco. La locura se apodera de las calles. Incluso ese sector que tantas ganas nos tienen y nos desea siempre el mayor de los males asiste acomplejado a los éxitos cosechados por el Athletic. 
Pero llegados los momentos difíciles, como los que por desgracia estamos asistiendo esta campaña, fracaso en Europa, indigna eliminación copera ante un 'segundab' y preocupante clasificación en Liga, muchos enseguida se dan de baja. Es el momento de comprobar la fidelidad y el amor a unos colores. Y ahí llega el papel de la afición con su comportamiento, fundamental en esas complicadas situaciones como hace no mucho padecimos. Nunca ha cejado en su empeño de intentar levantar al equipo en los momentos malos, pero últimamente creo que ha variado su conducta.  
Si nos vanagloriamos de pertenecer a un club único y diferente, la actuación de la hinchada debe ser también única y diferente con el camino a emprender distinto al resto. Si nuestra actitud se aproxima a la que muestran los seguidores del resto de clubes, mala dirección habremos elegido y perderemos esas esencias que nos han trasmitido de generación en generación.  
La división nunca sienta bien y menos al Athletic. Como adolescente viví la problemática 'Clemente-Sarabia'. Esas cicatrices tardaron en cerrar. Y lamentablemente este verano ha vuelto la fractura social. Principalmente, como consecuencia de la rueda de prensa que a cuenta de las obras ofreció Marcelo Bielsa, nota aclaratoria en la web por parte de la directiva o las declaraciones de Josu Urrutia al anunciar que uno de los estandartes deportivos del club no quería renovar y dejarle en la arena, sin protección alguna. Esa soberanía a la que apeló el presidente quedó enseguida demostrada por parte de un sector, con uno de los episodios más graves en la historia reciente. El 'gure estiloa' que tanto alardeamos no cuadra con lo sucedido en aquella calurosa tarde de agosto en Lezama, con el lío de las bengalas y pancartas. Y, a mi parecer, lo más grave, que nadie del club reprobara en público aquella actuación.  
Esa tensión se ha trasladado a San Mamés y con los resultados cosechados la herida se está abriendo cada día más. ¿Cuándo se ha visto pitar a un jugador que vista la camiseta del Athletic? Hasta que no entendamos que en la actualidad lo que realmente prima y necesitamos son los buenos profesionales, que habitualmente en cuanto conocen la idiosincrasia de la entidad rápidamente se comprometen por luchar por estos colores, mal andaremos. Llamar mercenario a un futbolista que se marcha como llegó o porque prefiera no renovar y marcharse a otro club es no entender el mundo del fútbol. Son profesionales. El sentimiento se queda en la grada y es muy fácil jugar con el dinero de los demás. Claro que hay contadas excepciones, pero es la cruda realidad.  
¿Hay alguien que piensa que los jugadores que ficha el Athletic lo hacen porque desde pequeñitos han sido hinchas de la entidad y era su mayor ilusión? Si fichamos por dinero, habrá que admitir que puedan abandonar el equipo por lo mismo. Luego están las formas, que a algunos les falla. 
O utilizar el triste recurso del insulto identitario. Ese es otro aspecto importante de desconocimiento de nuestra centenaria historia. La grandeza de esta entidad llega más lejos de nuestras fronteras. La cantidad de aficionados que también procesan amor y admiración a los colores rojo y blanco. Mérito poseen al luchar en inferioridad. Con realizar un par de desplazamientos y convivir con ellos resulta suficiente para que se te ponga la piel de gallina y las emociones fluyan. 
Y para rematar, a qué responde que un grupo minúsculo se autoerija en los fieles defensores de la entidad y se crean con la potestad de poder increpar al que critica o cuando les conviene, ellos son los que protestan por la actitud del resto. ¿Dónde están esas oficinas que expiden los carnets de rojiblanco? Si esos certificados se expiden en esa parte de La Catedral, mal futuro.
Eduardo Izquierdo Intxaurraga
Periodista del Qué!Nervión y DXT21. Socio del Athletic