El mediapunta que acabó de central sigue tímido y educado
Xabi Etxeita vuelve a enfundárse la camiseta rojiblanca después de foguerse en Segunda y adquirir galones. El sustituto de Amorebieta continúa educado y reservado, le gusta más expresarse en el campo y tiene las ideas fijas. “Ésta es mi casa”, insistió con media sonrisa.
Etxeita apareció en Ibaigane con el cabello más corto de lo habital y afeitado, quizás para desprender una imagen más seria de la desenfadada que suele exhibir. El central de zorzotza , que en las categorías inferiores del Amorebieta actuaba de mediapunta, que con apenas 16 años ya debutaba en Tercera División, y que ya en Lezama fue retrasando su posición hasta el eje de la zaga. El Racing lo quiso ya entonces, pero su interés siempre fue la de triunfar en el Athletic.
En su nueva puesta de largo, integrando la operación retorno que encara el club rojiblanco, estuvo acompañado por su novia, una amiga y otro colega. Hasta seis directivos también le arroparon en un acto al que se incorporó caminando tranquilo acompañado por Josu Urrutia, esbozando una sonrisa, entre nervioso y orgulloso por regresar como fichaje con rango de posible titular. Más formado y mejor futbolista: “Igual me mejorado como jugador”, deslizó interrogado por la feroz competencia en el eje de la zaga.
Ya en las escalinatas, sin número fijo, pero con su apellido impreso en la espalda, Etxeita estrechó la mano a Urrutia y se enfundó la elástica. Primero con los brazos atrás y después con el dedo índice hacia arriba. Unos segundos para que le inmortalizasen y retirada hacia el interior del Palacio. Empezaba a chispear sobre el plomizo cielo de Bilbao.
Sus agentes, Bixente Biurrun e Iñaki Ibáñez, muy bronceado por cierto, también le escoltaron en un día tan importante para el zaguero. Su cesión en el Cartagena y su periplo en el Elche, con ascenso incluido siendo una parte activa, le avalan. Osasuna y Sevilla le pretendían, pero Etxeita lo tenía claro. Su entorno le reclama y la tierra tiene mucho tirón. Seguro que vuelve a coincidir por las arterias de su pueblo con Goitia y su compañero Aurtenetxe.