El Athletic dice adiós a la Copa y sueña ya con la Champions (1-2)
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Courtois mete al Atlético en las semifinales
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Valverde: "Mateu se ha equivocado en el gol de Raúl García"
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Simeone: "El 'Bilbao' hizo un final de primer tiempo impresionante"
Aunque duela perder por primera vez en noches como la de hoy se empieza a escribir la historia del nuevo San Mamés. El encuentro entre dos conjuntos opuestos pero preponderantes en sus estilos, ofensivo el de Valverde, y defensivo y a la contra el de Simeone, se saldó con derrota de los leones, aún un peldaño por debajo de los tres colosos, pese a luchar hasta el final.
A nadie se le escapa que la remontada era dificilísima, pero nadie podrá decir que no se ha intentado. Dominando el juego (78-22%), rematando a tope (22-8), llegando (39-9) pero se han pagado los despistes y se ha ido de más a menos tras un final apoteósico del primer tiempo. No fue suficiente y queda el premio gordo, que es entrar en Liga de Campeones.
El partido de hoy era una final, por poderío, porque el torneo del KO no hace repescas, y Valverde sacó lo esperado salvo por el cambio de San José por Gurpegui, seguramente para aprovechar su valor en la estrategia y capacidad goleadora. Simeone, con muchas bajas, amén de perder a Filipe Luis al poco de empezar el duelo, directamente tiró de toda su artillería sin reservarse nada.
Athletic Club: Iago Herrerín; Iraola, San José, Laporte, Balenziaga; Iturraspe, Mikel Rico (Ibai 66); Susaeta (Sola 73), Herrera (Beñat 77), Muniain; Aduriz. En el banquillo: Iraizoz; De Marcos, Erik Morán, Ibai, Beñat, Gurpegi, Kike Sola.
Una de las premisas de la remontada era no dejarse llevar por el extremismo. Y una vez más quedó demostrado que no sabe nada el Cholo. Escaldado de los dos 3-0 consecutivos sufridos en Bilbao, primero obligaba a los leones a cambiar de campo en el sorteo, y además salió presionando arriba en busca de errores. De hecho tuvo que salvar momentáneamente Herrerín la eliminatoria a los 30 segundos sacando con la pierna izquierda un gol casi cantado de Diego Costa.
Fue un inicio que rememoraba al de la lóbrega final de Bucarest porque los rojiblancos estaban excesivamente nerviosos, a lo que encima contribuyó el inquietante Mateu Lahoz amonestando a Laporte en apenas tres minutos de juego.
Un par de remates de Ander Herrera fueron el 'tiempo muerto' necesario para devolver las pulsaciones a su registro lógico. Trajeron esa confianza en las propias fuerzas para seguir el plan previsto de tocar, abrir el balón a las bandas a la espera de cazar algo tan caro como un diamante, una ocasión clara ante los colchoneros.
Como el Athletic se iba gustando tardó un cuarto de hora Costa en tirar del otro fútbol para echar el freno a las galopadas bilbaínas. El peligro estribaba en que gente caliente como Muniain pudiera entrarle al trapo que es lo que buscaba el bronco delantero hispanobrasileño.
La posesión andaba en un escandaloso 80-20%, pero sobre todo era indicativo de la postura agazapada del mortal Atlético al contragolpe, que permitía a los vizcaínos tocar en horizontal pero cerraba a cal y canto los caminos hacia Courtois.
Pero esa receta no vale ni en todos los campos ni contra todos los equipos. Con el agobiante paso de las manecillas del reloj achuchando el conjunto de Valverde fue creciendo en intensidad y embotellando a su amarillo rival, aunque hacía más daño con las paredes de Herrera y los gambeteos de Muniain, porque los balones colgados eran como voleas para Aimar Olaizola. No fallaban una Godin y cía.
La primera gran ocasión la tuvo Aduriz cerca de la media hora con un cabezazo que se le fue fuera por poco. Parece más fácil entrar en Fort Knox a por el oro que en el área del meta belga del Chelsea, así que Rico cambio de táctica y rozó el poste con un buen tiro raso desde la frontal, posición desde donde también 'Bart' hizo una intentona en el 35'.
Dos minutos después Raúl García sin embargo perdonaba de nuevo tras una media salida en un córner de Iago que dejó más frío el ambiente que la propia lluvia. Es lo malo de jugar ante un contrincante que te permite dominar pero que tiene escondida una Derringer en la manga. Con poco te la puede liar en un balón parado,... pero Aritz Aduriz si se las pones bien también, claro.
Por fin, tras mucho envio blandiblú, llegó un buen centro de Balenziaga sobre la línea de fondo y el donostiarra con sus muelles para volar y con la cabeza picó con picardía para poner la igualada en el 42' a una eliminatoria tremenda. Dio la sensación de que los madrileños llegaron algo cascados a la recta final del primer tiempo porque ahí les cayó un aluvión encima. Lástima las tres paradones de Courtois antes del descanso a Susaeta, Aduriz y Rico porque si entra alguna hubiera abierto un mundo de posibilidades. De hecho era el gigantón de Bree el que mantuvo vivo a su equipo en esos momentos.
El Athletic por entonces viajaba en cohete, con 23 llegadas al área y con 15 remates realizados, pero tuvo que irse al descanso y la cosa se torció totalmente. A la vuelta el encuentro era otro porque los del Manzanares debían irse en busca de taponar la brecha, y de entrada, aparte de meter a Adrián de segunda punta, dieron otro susto con un cabezazo de Costa al que Herrerín respondía con una parada excepcional en la misma raya jugándose la cara. Inmediatamente el de Basurto tuvo que salvar otra ocasión clara de Raúl García hasta que finalmente el propio navarro acertó en el 54' para empatar a uno en una acción en que el engranaje defensivo se despistó porque demasiado atacantes estaban sin marcar. Ernesto valverde pidió falta sobre San José.
Enrabietado el equipo bilbaíno siguió porfiando en busca de la gloria empujado por una grada incansable que no paraba de cantar. Como si fuera un calco del primer periodo Ander Herrera tuvo la primera llegada buena ante un Thibaut Courtois que le cerró el hueco con su corpachón. Había que intentarlo. El Txingurri sumó dinamita al activar a Ibai por Rico en busqueda de mejores centros y de aprovechar su racha ante el marco rival pasando a Muniain a ser el segundo punta. Asignación que modificaría al entrar Kike Sola para jugar el último cuarto de hora a la brava con dos arietes puros y el de la Txantrea en banda.
Beñat fue el último en entrar porque Herrera, que había estado magnífico, se había vaciado y estaba muerto. Solo un milagro podía hacer cristalizar los dos goles necesarios para pasar, así que tampoco era descabellado guardarse algo para la complicada visita del Madrid de este domingo.
Lo que si quedo claro es que no te puedes despistar porque en la recta final con el Athletic volcado Costa rompía el fuera de juego pillando a la defensa adelantada y a un Mikel San José lento para hacer el 1-2 final. Bueno, a pensar en la Champions que no solo no es poco, sino que es el verdadero objetivo del año.