El valor del compromiso, el valor del modelo
Hace unos días volvían a aflorar las lágrimas de los seguidores del Athletic al rememorar con indisimulada emoción el segundo aniversario de la obra maestra del bielsismo en rojo y blanco, el inolvidable 2-3 de Old Trafford, la cúspide de un periodo que, empero, terminó cual rosario de la aurora, pero que no parece tan irrepetible como los negativos augurios aventuraban.
Evidentemente ni soy adivino ni pretendo serlo. El equipo acabará la temporada donde acabe. Apunta a que será en un sitio elevado y saboreando un premio jugoso, pero en cualquier caso ese resultado final no hará sino confirmar una nueva performance que pocos podían adivinar al inicio del presente ejercicio.
Era muy difícil atisbar que detrás de una temporada cargada de peripecias sin fin como la pasada, que poco después de perder a dos de las más brillantes y decisivas piezas del engranaje colectivo, el Athletic volvería a demostrar que aún con ello es capaz de mejorarse a sí mismo hasta sorprender, como lo está haciendo, desde el primero hasta el último de los responsables de club y equipo.
La brillante temporada que está firmando el grupo que comanda Ernesto Valverde, no hace sino demostrar el incalculable valor que en este Athletic tiene el compromiso de los que apuestan por él y pone en valor, una vez más, la vigencia de un modelo reforzado de nuevo en base a fútbol, resultados y ese sentimiento que hace a este equipo y a este club único y probablemente irrepetible. Es la demostración palpable de que vale más tener a futbolistas convencidos e implicados al mil por cien, aunque no sean los mejores posibles, que a otros, presuntamente superiores, que no comulguen más que con sus contratos.
Para muestra, los dos botones de los dos tipos con mayor peso en el vestuario. Entrenador y capitán, Ernesto Valverde y Carlos Gurpegui ejemplifican mejor que nadie lo que es ser Athletic y son el mejor espejo en el que se pueden mirar generaciones venideras. Ambos, además, tienen más que merecido darse un homenaje la próxima temporada. En Old Trafford o donde sea, pero con un balón lleno de estrellas.
Por Rafa Beato, periodista de Radio Marca
@rafabeato
