Iribar se emociona rodeado de amigos y admiradores en la recogida del Premio Leyenda

José Ágel Iribar, uno de los grandes mitos de la historia del Athletic en particular y de la Liga en general, ha recogido emocionado el Premio Leyenda que entrega el diario Marca en la sala de prensa de Ibaigane, rodeado de admiradores y amigos que no dudaron en cantarle el popular: "Iribar, Iribar, Iribar es cojonudo, como Iribar no hay ninguno".

El exportero reconoce que "me hace mucha ilusión que me lo canten los aficionados, pero más aún exjugadores como vosotros". Es la prueba del respeto y la admiración que suscita entre los profesionales. Un orgullo. Tanto que los ojos se le llenaron de lágrimas con algunos de los discursos.

En la ronda de agradecimientos no se deja a nadie. Al club, a su familia, a los compañeros y amigos que querían compartir con él un momento tan especial, así como a los representantes de las instituciones. Entre ellos, Ibon Areso, nuevo alcalde de Bilbao.

"El Athletic no es sólo un club de fútbol, es un sentimiento, en Bilbao y en toda Bizkaia, y eso es así gracias a personas como tú, que habéis convertido un deporte y espectáculo en un sentimiento de pertenencia", destaca Areso.

Entre los adjetivos de quienes han subido al estrado, sobresale el pronunciado por Oscar Campillo, presidente de Marca, que le bautizaba como "el héroe silencioso". No ha podido contener las lágrimas ante tanta admiración. Concretamente en el sentido discurso de Santiago Segurola. "Me siento abrumado", ha confesado con su característica humildad. "He sido humano, me han marcado muchos goles".

Josu Urrutia, José Mari Amorrortu, Ernesto Valverde y su ayudante Jon Aspiazu y jugadores como Iraizoz, Aduriz y Balenziaga no han querido perderse tan emotivo homenaje a Iribar. "¿No habrés dejado vacío Lezama?", se dirigía a ellos con humor. También han asistido los presidentes de las federaciones española, vasca y vizcaína de fútbol, Angel María Villar, Luis María Elustondo e Iñaki Gómez Mardones, exjugadores y amigos como Dani, Irureta, Churruca o Claramunt, y grandes admiradores como el presidente del Numancia, Francisco Rubio.