Valverde convierte a Iraola y Balenziaga en casi extremos
La apuesta de Ernesto Valverde este curso es siempre atrevida y dominante, aunque hasta el Sevilla dio una vuelta de tuerca más. El técnico adelantó si cabe más la defensa, con Iraola y Balenziaga como carrileros ofensivos, Iturraspe incrustado entre los centrales y Rico de mediocentro. Variables tácticas que desorientaron a Emery.
El Athletic selló prácticamente el billete hacia la Champions con el equipo tirando la línea de la zaga más metros hacia delante que nunca, arriesgando a que le cogiera la espalda Bacca o Gameiro, pero a la vez ahuyentando el peligro hispalense despachándolo casi hasta la divisoria. Un dibujo que sirvió para abastecer desde ambos costados a los mediapuntas (Susaeta, Herrera, Muniain) para que se lucieran con sus goles. Tanto Iraola como Balenziaga jugaron muy abiertos, enchancando el campo y colgando balones. Las dos asistencias del de Usurbil, providenciales. La labor en los últimos partidos de Mikel Balenziaga es soberbia. Seguro atrás, inteligente gestionando los esfuerzos en sus subidas y en cada vez más descarado para remontar la banda hasta la línea de fondo, con centros vertiginosos buscando la testa de Aduriz. En la cesión de Valladolid de doctoró, aunque Bielsa no decidió recuperarle cuando la opción era gratis. Valverde no lo dudó en junio y le cedió el carril del 3. El de Zumarraga no ha defraudado. Iraola también avanza metros. Cada vez juega más minutos de interior. De Marcos empuja en el sentido contrario. Caprichos del fútbol e intuiciones de los entrenadores. Valverde mueve sus piezas con maestría.
