Este Athletic merece estar en la Champions League
El primer paso ya está dado: en San Paolo, el Athletic cumplió y con muy buena nota.
Al equipo de Valverde le costó unos minutos asentarse en el partido. Algo lógico, si tenemos en cuenta el contexto: primer partido de competición, estadio imponente, rival de enjundia y el excelente trabajo de la temporada pasada en juego. Esperábamos un rival sólido en defensa, sin demasiada brillantez, pero con un temible contraataque. Y así fue. El Athletic empezó algo precipitado e impreciso, cometiendo algunos errores en el pase y cayó en la trampa. En el fútbol, mientras atacas, debes estar preparando la defensa, y en esos primeros minutos, el Athletic tuvo algunos desajustes a la hora de hacer las vigilancias sobre sus jugadores de segunda línea como Hamsik o Insigne. Y eso le pudo costar caro. Sabíamos el plan de Benítez, pero también sabíamos lo que tenía que hacer el Athletic, y eso empezó a pasar: paciencia y posesiones largas, Beñat empezando a asociarse con Iturraspe y Rico, Muniaín apareciendo por dentro donde es más desequilibrante y llegadas por fuera, principalmente por la derecha. Así llegó el gol y el final de la primera parte. Los primeros veinte minutos de la segunda parte del equipo rojiblanco fueron excelentes. Con personalidad, con fluidez, creando peligro, con un buen Beñat y, sobre todo, con un Muniaín colosal (los mejores minutos de Iker que yo recuerde). Asumió la responsabilidad, todos le buscaban. En defensa implicadísimo y en ataque, al mejor nivel de cualquier estrella de esta competición. En otras circunstancias, el Athletic podía haber dejado medio sentenciada la eliminatoria; pero esto es la Champions. Los de Valverde, ante el esperado empujón del Napolés, se echaron un poco atrás. La entrada de Mertens, muy eléctrico, le dio otro aire a los italianos. Y ahí apareció Higuaín, que no está en su mejor momento físico para hacer sus innumerables rupturas al espacio, pero que tiene el talento de los grandes goleadores para resolver en una jugada sin aparente peligro. Tras el 1-1, los cambios de Valverde eran lógicos: Morán, para ayudar a recuperar el centro del campo e Ibai, para darle frescura al ataque y poder tener alguna última ocasión. Al Athletic le tocó sufrir hasta el final del partido, y ahí vimos la mejor versión de Iraizoz, sobre todo, en una excelente parada de reflejos a Higuaín. Sabíamos que no iba a ser fácil. El resultado es muy positivo y, sobre todo, la imagen y la fiabilidad que sigue demostrando el Athletic. Estoy deseando que llegue la vuelta. No puede haber una cita más importante para el gran estreno de San Mames. Hay que aprender de lo que pasó ayer. El miércoles, el Nápoles le va a dar todo el protagonismo al Athletic. A pesar de que no les valga el resultado, no van a ponerse nerviosos. Van a tratar de seguir siendo sólidos atrás y cuanto más espacio tengan para correr a la espalda de la defensa rojiblanca, mejor. Vamos a necesitar la mejor versión de los leones: ese equipo dominador, atrevido, e intenso; un conjunto que se asocia por dentro y hace daño llegando por fuera y que, sobre todo, está muy ordenado y concentrado mientras ataca para contrarrestar el contragolpe, la mejor arma de los italianos. La Champions es la competición de los grandes equipos, y, por eso, se merece estar este Athletic; y de los mejores jugadores, y por eso no pueden faltar Muniaín, Aduriz, Iturraspe o Laporte.
Por Eder Sarabia, entrenador de fútbol.
