"Nos golpearon y rociaron con gas pimienta"
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No sólo por la derrota, la visita del Athletic Club al estadio Do Dragao, feudo del Oporto, se convirtió en una experiencia más que desagradable para muchos de los aficionados rojiblancos que viajaron hasta tierras lusas para seguir a su equipo.
Antes del encuentro se produjeron serios problemas para acceder al estadio, ya que el club luso pretendía situar a todos los seguidores del Athletic en una zona en la que no cabían, lo que provocó un sobre aforo y que muchos de los desplazados no pudieran presenciar prácticamente ni un solo minuto de la primera parte. El Oporto envió 2.700 entradas al Athletic, de las que vendió 2.500 y se reservó las 200 de las zonas nobles para los compromisos del club. Por su parte, otros 800 aficionados compraron entradas de otras zonas directamente al club local y ahí es donde vino el problema.
La indignación de los aficionados no es sólo con el club portugués y con la policía del país vecino –famosa por emplearse con dureza ante las hinchadas de los equipos de la Liga-, sino con el propio Athletic, ya que creen que no hizo lo que debía para ayudar a sus seguidores y evitar situaciones de lo más desagradables.
Uno de los que denuncian la actuación del club es Andoni Cristóbal, coordinador de la peña ‘Piratak’, que en declaraciones a El Correo explica lo sucedido en los accesos a Do Dragao. “Accedimos al interior en el minuto 20. La gente veía que no entraba y se quejó. Apareció la Policía, que cargó con porrazos y empleó gas pimienta. Teníamos nuestras entradas de aquella zona, pero nos decían que no nos dejaban pasar porque nuestros asientos ya estaban ocupados. El Athletic no hizo nada. Pasó totalmente del problema sin interesarse siquiera por lo sucedido”, indicó.
Otros aficionados se han quejado por otras vías. “Nos metieron en un sitio en el que no había espacio para todos y muchos debieron ver el partido sentados en el suelo y en las escaleras. A la salida nos tuvieron una hora encerrados. No nos dejaban ni ir al baño”. Por desgracia, el viaje a Oporto para animar al su Athletic se ha convertido en un calvario para muchos de los desplazados.
A pesar del buen ambiente que los athleticzales vivieron por las calles de la bonita ciudad de la desembocadura del Duero durante el día, todo se truncó a la hora de acceder al estadio del conjunto blanquiazul.