El Athletic, de Bilbao de Toda la Vida
El Athletic Club es de Bilbao de toda la vida. Sin embargo, su presente desempeño colectivo en el campo de jugo –irregular, anodino- acaso no debería serlo así.
El pasado sábado, ante el Celta de Vigo, se ganó por 1-2. No obstante este marcador favorable, la imagen del equipo volvió a ser melancólica, como ese estado de ánimo que caracteriza al Athletic Club de Bilbao esta temporada. La alegría relativa es la recuperación, que también el (re)surgimiento, de Iñaki Williams (moviéndose por la banda, para explotar su velocidad y visión de juego) y de Iker Muniain (jugando por el centro, lejos de esas bandas que lo sumergen en la nada); y la excepcionalidad de ese “9” que es Aritz Aduriz (a pesar de su lesión muscular). Claro está, se puede estar de acuerdo o disentir con este punto de vista. Sin embargo, insisto en peticionar por el cambio de actitud del equipo, que también de algunas individualidades, y aun del entrenador Ernesto Valverde en sus “lecturas” de los partidos. En particular, en el timing de los cambios de los jugadores y en la consideración de todos y cada uno de ellos –eso de poner en la nevera a un jugador equis cuando no nos sobra plantilla / eso de relegarlos en la oportunidad, la continuidad y la motivación. No me toméis por “la loca de Arrikibar”, tejiendo su tristeza, su melancolía en un banco de esa plaza bilbaína ante el amor del dueño de un ultramarinos que se había casado con otra y que tenía su tienda frente a este espacio público. La que tuvo su canción ("La llamaban loca") con letra y música de José Luis Perales e interpretada por el grupo bilbaíno “Mocedades”. En todo caso, preferiría pensar o intuir que el Athletic terminará esta temperada en primera, cumpliendo con su distinción de ser uno de los 3 equipos de la Liga española que nunca descendió a segunda –los otros dos son el duopolio de facto: Real Madrid y FC Barcelona. Su actual ubicación en la clasificación (octavo puesto) y sus (magros, lo acepto) 36 puntos disputadas 27 jornadas, invitan que así haya de ser. Y soñar que, donde esté entonces, navegaré la ría a bordo de la gabarra el 30 de mayo, cuando, quién sabe, el Athletic derrote al Barça y se lleve la Copa del Rey en su edición 2015. Salvo que el ánima de “la loca de Arrikibar” me lleve con ella a su banco de plaza a tejer melancolías y esperar por otra oportunidad copera o liguera, mientras escuchamos la vieja canción en las bellas voces de “Mocedades”.
Por Alejandra Herranz. Blogger y periodista
@aleherranz
