Un Athletic de rachas

Eder Sarabia es entrenador de fútbol e hijo del legendario Manolo que conquistara los últimos títulos de la historia del primer equipo en los años 80. Este sábado de Semana Santa escribe en exclusiva en ElDesmarque para analizar lo que viene siendo la temporada del Athletic Club, sus diferentes rachas de juego y resultados, junto al por qué de cada una de ellas.

En el fútbol no hay duda de que existen las dinámicas. A todos nos ha tocado con nuestros equipos (como jugadores, como entrenadores, como aficionados...) sufrir y disfrutar de rachas tanto positivas como negativas. Rachas que en muchas ocasiones nos ha costado explicar a qué se debían. El Athletic de esta temporada está siendo un equipo de rachas. Ahora se encuentra en una, realmente muy positiva, que esperemos no se corte con este parón de las selecciones. Pero estas dinámicas del Athletic sí tienen explicación. El equipo afrontaba la temporada con pocos cambios en la plantilla. Lo más significativo era la ausencia de Ander Herrera. Por lo demás, el bloque que tan buen rendimiento ofreciera la temporada pasada. Valverde, desde un inicio, estuvo buscando el sustituto de Ander para intentar que el equipo se pareciera al del año anterior, pero ese jugador no apareció. La Champions desgastó mucho al equipo en lo físico y en lo mental, pero los principales argumentos para el bajo rendimiento del Athletic en el primer tramo de la Liga eran futbolísticos. El equipo de este año jugaba peor. La pelota salía con menos criterio desde atrás, y es que en mediocampo, sin Herrera y con las lesiones y el flojo rendimiento de Ander Iturraspe, había menos y peores soluciones. El balón llegaba con muchos problemas a las zonas de peligro y el equipo acababa siendo previsible y generando pocas ocasiones de gol. Estos problemas en la creación y elaboración han supuesto, también, mayores problemas para controlar el juego, por eso el Athletic ha defendido peor y ha sufrido mucho más que la temporada pasada. Valverde tenía que buscar alternativas, y optó porque el equipo fuera más vertical y directo. Por eso, en varias ocasiones, De Marcos ha sido el mediapunta, debido a la gran capacidad que tiene para tirar desmarques de ruptura. Pero para eso hay que estar físicamente a tope y, como ya he dicho, la Champions pasó factura al Athletic en este aspecto. Así que el equipo tenía buenos momentos de juego, pero no le daba para aguantar el ritmo durante todo el partido. Noviembre fue un buen mes para el Athletic. Pero las bases para que el equipo cambiara de rumbo no eran sólidas, por eso, en los meses de diciembre, enero y parte de febrero, el Athletic volvió a ser ese equipo sin identidad, sin juego, que no transmitía casi nada. Pero este equipo es especial. Tiene un excelente entrenador y una plantilla honesta, profesional y que sienten el Athletic como nadie. Pocos equipos son capaces, después de venir de una temporada histórica, de pasar tantos problemas de juego e identidad y de reinventarse en una misma temporada. La transformación se ha cimentado en ese orgullo colectivo. El Athletic ahora es un equipo comprometido en defensa, que mantiene la concentración y el esfuerzo durante los 90 minutos y que además, tiene un balón parado ofensivo demoledor y a uno de los mejores delanteros de la Liga: Aduriz. También ha sido fundamental que Valverde se haya decidido a poner a Muniain a jugar por dentro. En esa posición, Iker participa mucho más en la elaboración, tiene más peso y presencia en el juego de ataque del equipo, es más desequilibrante y está en mejores condiciones para llegar a las zonas de remate. Veo difícil que el Athletic se clasifique para competición europea a través de la Liga. De hecho, creo que es un momento ideal para que los Unai López, Ager Aketxe o Guillermo sigan creciendo y para que siga habiendo oportunidades para jóvenes del Bilbao Athletic como Sabin Merino, Yeray, Iurgi o Egoitz Magdaleno, y así podamos tener más irrupciones como la de Iñaki Williams que aportan frescura, chispa y talento al primer equipo. Todos estos argumentos me hacen ser optimista de cara al final de temporada, sobre todo pensando en la principal cita que le queda al Athletic: la final de la Copa del Rey en el Camp Nou y ante el Barça; ¡Casi nada!  
Por Eder Sarabia, entrenador de fútbol 
@edersa10