El Athletic pierde en Sevilla su buena racha y a Iker Muniain

Parece mentira que tras repasar de carrerilla que el Sevilla lleva 13 meses (o si prefieren 30 partidos) sin perder en casa, 22 de Liga, se pueda salir con la caraja del Athletic Club este sábado en el Sánchez Pizjuán. Un gol encajado a los tres minutos, 2 a los 21... y adiós a la racha de cinco victorias consecutivas de la peor manera. Con sensación en ese arranque de blandura, falta de intensidad,... y para colmo de males concluir con Iker Muniain en camilla con una entorsis en la rodilla izquierda tras un choque con Banega. Veremos si llega para la final de Copa. Además Laporte, hoy en versión bizarra, no podrá jugar el jueves ante el Valencia al cumplir ciclo de sanción.

Un sábado para olvidar en el que el Athletic no ha mostrado una versión eficaz ni para acabar con el poderío en casa del Sevilla ni, en proyección, para ganarle la Copa al Barça en el Camp Nou. Salvo una ocasión de Aduriz sólo ha disparado a portería en la segunda mitad frente a un rival muy fuerte que ha cometido más faltas y metido una marcha más mientras lo ha necesitado. La vuelta de Aritz tras su lesión muscular no ha servido más que para pegarse unas carreras. Habrá que dar una versión mejorada para poder batir a los de Luis Enrique el 30 de mayo. A este nivel no da.
Un viacrucis de primer tiempo, paso por paso
Tras el parón internacional tenía su aquel conocer el once de Valverde, con varios cambios de posiciones de calado, como fueron el pase de Mikel Rico a la media punta o el en general indeseado retorno de Muniain a la banda. Lo que no se esperaba era salir como los ajusticiados al cadalso. No ayudaban a la concentración ni el calor ni la hora y tal vez por eso el equipo hoy de verde y negro 'Old Trafford' salió empanadísimo. En 3 minutos se comió una llegada entre los centrales y un gol tras una salida esperpéntica de Iraizoz tras otra indecisión de su defensa. A muchos athleticzales se les atascó el postre en la glotis cuando otro cabezazo de Krychowiak se fue fuera por poco. Los sevillistas desbordaban a los bilbaínos, sea combinando o tirando diagonales que se comían los visitantes cual gargantua. Un remate recibido cada dos minutos fue el primer balance de daños tras un inicio atroz, en el que la pelota fue siempre andaluza y en el que el 'coach' de Gorka agotó el frasco de sales. Luego el meta ya se rehizo y sacó algún buen disparo local.
Todo lo que podía salir mal... salió peor
Le costó 13 minutos al Athletic serenarse con una primera llegada de Williams que al menos dio a entender que había dos equipos sobre el césped. El punta bilbaíno firmó las primeras intentonas vascas por respirar gracias a que se empezó a robar balones y a moverlos Muniain en su despliegue por el centro. No en banda. Pero si en defensa eres un flete no hay manera. Una buena combinación local encontró el agujero dejado, otra vez, por Laporte para que Bacca fusilara el 2-0 ante unos leones que estaban en la "habitación del sueño", que decía Jaime Ugarte de los púgiles noqueados.
Sólo se salvaban pinceladas como el empuje de De Marcos, incursiones de Balenziaga, los regates de Iker, pero es que no era el día. Un jugadón vizcaino en el 31' fue despejado, posiblemente con la mano, a córner cuando Aduriz iba a marcar a un metro de la portería. Demasiada montaña para escalar al descanso ese 2-0 ante el mejor equipo del campeonato en su campo y sin que la fe ni las ideas estuvieran con el candil encendido. Encima la marcha en el 43' por lesión del 'Bart' de la Txantrea, uno de los pocos activos, renovó aquella frase de que era un mal día para dejar de fumar. Madre de dios... sus lágrimas y su viaje en la camilla recordaban el biblíco camino con la cruz a la colina del Gólgota para la crucifixión.
Un segundo tiempo aseado 
Quedaban 45 minutos por delante, en los que las casas de apuestas más que con el resultado ya especulaban cuanto tardaría Laporte en hacer un penalti o directamente en ser expulsado. Vaya tarde llevaba el de Agen dentro de un tono general muy apagado, pero es que lo suyo tenía más tintes de actitud. Lo de Aduriz, cambiado en el 60' por Guillermo, más bien entraba en la lógica tras su lesión, pero lo cierto es que ni recibió un balón ni aportó casi nada mientras jugó.
Sea por vergüenza torera o porque el Sevilla ya se puso en stand by con varios cambios, el Athletic mejoró su imagen en ese tramo. San José y Williams realizaron varios remates, Beñat soltó un boleón de 25 metros, se forzaron algunos córners y hasta Unai López fue noticia por volver a saltar a un terreno de juego. Una mejoría estética que no servía para acortar distancias tras desperdiciar todo el primer tiempo. Con el empaque de este Sevilla ya no hubo marcha atrás.
Pero la semana de Pascua no da tregua al Athletic, que tras un día de descanso recibe este jueves al Valencia en San Mamés (20:00) y cierra su hoja de ruta el domingo frente al Espanyol en Cornellá (17:00). En apenas ocho días se puede saber casi con certeza si la séptima plaza es viable o una quimera como aquella del oro que perseguía Charlot en el celuloide. No ha empezado bien el tour, pero hay seis puntos por delante.

@asismartin