El Athletic da vida al Zilina y deberá remontar en San Mamés

Increíble, pero cierto. El Athletic desperdició una excelente oportunidad de dejar sentenciado el pase a la Fase de Grupos de la Europa League tras caer derrotado en Eslovaquia por 3-2 ante un Zilina muy inferior que aprovechó a la perfección el bajón de los rojiblancos en la segunda parte. Los leones estrenaron su traje de 'supercampeones' con una buena primera parte y una segunda mitad fatal en la que encajó tres goles y, además, perdió por lesión a Iñaki Williams. San Mamés decidirá el próximo jueves.

El equipo rojiblanco, impulsado por su 'segunda unidad', pudo haber dejado  prácticamente sentenciada la eliminatoria con el claro 0-2 que reflejaba el marcador al descanso con los tantos de Sabin Merino y Sola, pero Paur, William y un desafortunado gol en propia puerta de Gurpegui en la última jugada del partido rubricaron un inquitante 3-2.
La respuesta de los de Ernesto Valverde tras el tremendo desgaste de los dos partidos con el Barça y la intensa jornada del martes fue extraordinaria en la primera parte. El técnico, como era lógico y ya había avisado en la previa, realizó numerosos cambios en el once. Fuero nada menos que ocho. Unicamente Eneko Bóveda, Aymeric Laporte y el capitán Carlos Gurpegui, que retrasó su posición al centro de la defensa, repitieron respecto a la histórica noche del lunes en el Camp Nou. Jugadores como Beñat, Aduriz, De Marcos o Eraso, que se quedó en la grada, empezaron el partido en el banquillo mientras en el verde tenía su oportunidad futbolistas como Lekue, Elustondo, Rico, Ibai o Kike Sola.
El arranque de partido ratificó la advertencia del técnico. El Zilina se mostró atrevido y aplicó al Athletic su propia medicina. Presionó muy arriba, con ritmo y entrando por las bandas creando problemas a la zaga rojiblanca y obligando a los defensas a jugar balones en largo sin demasiada precisión.
Apenas un cuarto de hora le duró el brío al Zilina. Ibai peleó un balón en la zona de tres cuartos y metió un balón de oro a la espalda de la defensa local que Sabin Merino, con calidad, convrtió en el 0-1. Estreno goleador del de Urduliz que volvió a dejar destellos de la enorme clase que atesora. El gol fue un mazazo para el Zilina. Los amarillos, sin capacidad de reacción, quedaron a merced de un Athletic que comenzó a imponer su jerarquía. Manejando el ritmo y moviendo la pelota en busca de espacios en la defensa los rojiblancos encontaron de nuevo premio en el 32 en un regalo de Pekovsky. El mejor hombre de los eslovacos cometió un error garrafal en su intento de cesión a Volesak dejando el balón a los pies de Sola, que no perdonó y anotó el 0-2.
Ahí acabó el partido. El nuevo golpe terminó de desactivar a los de Adrián Gul'a, que asumieron muchos riesgos en defensa pero carecieron de calidad para volver a poner en aprietos a Herrerín hasta el descanso. Tras el descanso, el Zilina salió con ganas y tuvo su primera llegada de peligro en un globo de Cmelik que sacó Gurpegui casi encima de la línea. Rápidamente, el Athletic volvió a tomar el mando y llegando con asiduidad al área local, aunque sin terminar de dar la puntilla a un rival inferior, sí, pero con desparpajo y que se metió en el partido con un golpe de fortuna en el minuto 65. Un disparo de Paur desde la frontal tocó en el tobillo de Lekue y acabó en las redes. 1-2 y el Zilina empezó a creer en sus opciones. Apenas diez minutos más tarde, ya con Williams y Beñat sobre el césped, una pérdida del de Igorre en campo eslovaco proiciño una contra vertiginosa y letal. Williams se plantó solo ante Herrerín, tiró al meta al suelo con la cintura y marcó el 2-2 a puerta vacía.
Increíble, pero cierto. El 2-2 castigaba con crudeza a un Athletic muy superior, pero que no acertó a plasmarla en el marcador. La cosa empeoró incluso cuatro minutos más tarde. Williams se quedó en solo ante Volesak tras un gran pase de Aketxe y no solo lanzó la pelota fuera sino que se lesionó en el chut cuando apenas llevaba seis minutos sobre el césped. La cosa parecía que iba a ir a mayores, pero los eslovacos no perdieron la fe y, en la última jugada del partido, como ya hicieron en Ucrania en la anterior eliminatoria, le dieron la vuelta al marcador.
El último saque de esquina provocó un barullo en el área rojiblanca que la defensa no acerto a resolver, William remató y Gurpegui terminó de introducir el balón en las redes. Sin palabras. Lo que pudo haber sido una plácida fiesta el próximo jueves se convierte en un serio problema que el Athletic deberá resolver. Argumentos le sobran, pero deberá demostrarlos.