Serantes vuelve a parar un penalti y lanza al Leganés a Primera

Jon Ander Serantes, ex portero del Barakaldo y Bilbao Athletic y titular indiscutible en el Leganés, revelación de la Liga Adelante, vuelve por sus fueros al atajar otro penalti (el cuarto del curso) alimentando su leyenda y ser decisivo en la victoria de su equipo en Oviedo que le catapulta a la Primera División.

El gol del equipo de Garitano llegó producto de un centro de Timor, rechace de la zaga local y Gabriel no desaprovechaba la oportunidad con un disparo raso para sellar el, a la postre, 0-1 ante el Real Oviedo en El Tartiere que le relanza a Primera, junto al Alavés. A los pocos minutos, penalti pitado en contra del Leganés por una dudosa falta fuera del área y paradón de Serantes a una mano abajo, pegado a la madera. "Se nos daba un poco por muertos, pero vamos a luchar con uñas y dientes por conseguirlo", señalaba el arquero barakaldés, que deslizaba su afán por "ser protagonista en lo positivo".
Hace algunas jornadas lamentó profundamente y públicamente su error en uno de los goles de la derrota ante el Alcorcón (2-0), por culpa del sol: "Hoy es uno de los peores días de mi vida. Sólo puedo perdir perdón. No he estado a la altura del equipo ni de la afición", señalaba. "Tenía el viento en contra, el sol me pegaba en la cara y perdí de vista el balón. Me dió en la mano y se convirtió en gol", apostillaba sobre el tanto de Toribio, para añadir que "voy a trabajar más que nunca y ojalá poder reírme del día de hoy al final de la temporada". En Oviedo llegó su respuesta.
Sin embargo, su temporada ya estaba siendo magnífica descollando en la Liga Adelante. Serantes había atajado ya tres penaltis esta temporada, prolongando una fama granjeada desde su etapa en Barakaldo y Bilbao Athletic. El ex portero rojiblanco, puro instinto bajo palos, ya fue elegido por la LFP como el arquero más determinante el pasado mes de diciembre y en febrero de 2015, tras atajar dos penas máximas ante Racing y Alcorcón.
Serantes, que en principio fichó por el Lugo después de su salida de Lasesarre y quedar cortado por el Athletic, ante el empuje y las apuestas de Arrizabalaga y Remiro, no lo vio claro como tercer portero y cambió de tercio ante la insistencia de Asier Garitano. Llegó al Sur de Madrid y también desde el tercer escalón se agenció el arco de Butarque. Ahora es uno de los mejores de la Liga Adelante, el ídolo de la afición pepinera, y abandera a un Leganés que acaricia el ascenso junto a compañeros de la misma raíz como Bustinza, Albizua, Galarreta, Eizmendi y Guillermo.