El Valverde divertido

Aunque los chaparrones de Bélgica y Madrid, uno en juego y el otro literal, han ensombrecido un poco el rostro de los aficionados del Athletic Club, lo cierto es que se están viviendo esos momentos tan cotizados de tranquilidad y éxito en el seno del club rojiblanco y en su Catedral. Quizá todo esto sea el óbice de la cara más divertida de Ernesto Valverde, cada vez que se enfunda el traje de gala y se hace el nudo de la corbata, aunque no lo apriete demasiado.

Es complicado en el fútbol, según lo entendemos, seguimos y vivimos hoy, ver a un tipo que sigue actuando con la normalidad y el sentido común del primer día. Es complicado que nadie apueste por un tipo más de dos años seguidos para dirigir un proyecto con los objetivos que sean... pero ya tener el carisma y la tranquilidad, porque creo que de eso se trata, de tranquilidad, de dirigir una nave con las peculiaridades del Athletic hace que el reto, temporada tras temporada, vaya a pasar a la historia como unos de los mejores entrenadores del club. Hasta se ha levantado un título.
Desde la barrera, porque no conozco al Txingurri más allá de mi labor profesional, estoy viendo a un Valverde sosegado, seguro, trabajador siempre y, sobre todo, divertido. En la temporada que quedará en el vago recuerdo si todo va bien de la famosa "trirotación" en la portería, Ernesto parece que se lo está pasando pipa con las elucubraciones de la prensa, y en consecuencia de todos vosotros: lectores, oyentes o espectadores de televisión. En el templo del Txopo, en el jardín de Zubizarreta o poned al que más os guste... ahora tres son los que pugnan por ser el jugador más maltratado de todas las posociones que existen en el terrenoo de juego, y a Ernesto le encanta.
Que si tres partidos cada uno, que si ahora cuatro, que igual va por competiciones o quizá por meses, lo cierto es que Valverde lo tiene clarísimo y los jugadores también, así que el míster se lo está pasando bomba. Se sienta en el estrado de las ruedas de prensa, "nos torea", pasa un buen rato y sigue con lo suyo: disfrutando del fútbol.
El debate es cierto que se podría llevar al resto de demarcaciones cada vez que uno de los suyos cae lesionado, nos siembra las dudas del sustituto, pero me atrevo a decir que él lo tiene más claro que el agua. El Athletic está disfrutando de la madurez deportiva de un entrenador con un proyecto que va a dejar un poso innigualable en el transcurrir de los años.
Está claro que nunca lloverá a gusto de todos. Lo compro. Entiendo que a Valverde se le pueda tildar de persona fría, alguno dirá que tiene poca cintura táctica en sus sistemas de juego, otros pensarán que el equipo necesita a un entrenador más revolucionario para dirigir este proyecto, pero la verdad es que hace mucho tiempo, y me retrotraigo al principio del texto, que el Club no vivía en esa tan cotizada tranquilidad deportiva, por supuesto económica y encima con éxitos deportivos; Europa se ha convertido en normalidad.
Yo me quedo con el Valverde sonriente, con el Ernesto pícaro, con el Txingurri que alza el puño y grita para celebrar los goles. Yo apuesto para que el entrenador se lo siga pasando bien, porque será el mejor síntoma para seguir palpando las alegrías de todos los athletizales.  Por Alvaro Rubio, periodista de COPE Bilbao

@alvarocope